Sólo en enero, en Estados Unidos se crearon aproximadamente 517.000 puestos de trabajo, por lo que la tasa de desempleo cayó notablemente y se posicionó en el 3,4%, así lo indicó la Oficina de Estadísticas Laborales.
En el primer mes del año, se otorgaron 249.000 puestos más de trabajo que durante diciembre de 2022, una sorprendente cifra a pesar de la agresiva decisión de la Reserva Federal (FED) para controlar la inflación con tipos de intereses más altos.
Esta cifra se sitúa muy por encima de las expectativas, ya que sobrepasa el promedio de creación de empleo del año pasado cuando se registraron 401.000 nuevos puestos.
Sin embargo, las empresas continúan en búsqueda de más trabajadores y se aferran a los que conservan en nómina. Dejando a un lado algunos despidos de alto perfil en grandes empresas tecnológicas como Microsoft, Google, Amazon y otras, la mayoría de los trabajadores disfrutan de un nivel inusual de seguridad laboral, incluso en un momento en que muchos economistas prevén una recesión.
El crecimiento laboral durante el pasado mes estuvo generalizado por ganancias en ocio y hospitalidad, atención médica y servicios profesionales y comerciales. Además, el aumento se registró también en el Gobierno estadounidense, reflejando el regreso de algunos trabajadores de una huelga.
El pasado miércoles, FED anunció su octava subida consecutiva de los tipos de interés con el objetivo de controlar los precios. Ahora, se sitúan entre el 4,5% y el 4,75%, el porcentaje más alto registrado en casi veinte años.
El objetivo de la Reserva Federal es lograr un «aterrizaje suave», es decir, un retroceso económico que sea suficiente para controlar la inminente inflación sin desencadenar una recesión.
