2022 se convirtió en el segundo año más cálido en la historia de Europa, registró su verano más caluroso y una sequía generalizada, así lo informó el Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea, Copernicus (CS3).
De acuerdo al informe, Europa sufrió ‘’intensas y prolongadas olas de calor’’, así como el mayor número de días con estrés por calor. Asimismo, el año estuvo marcado por un bajo volumen de precipitaciones que provocaron una sequía generalizada, por lo que los incendios forestales aumentaron.
El jefe de Observación de la Tierra de la Dirección General de la Industria de la Defensa y el Espacio de la Comisión Europea, Mauro Facchini, recordó que el calentamiento global ha dado lugar a fenómenos extremos más frecuentes e intensos.
‘’Solo la información y los datos precisos sobre el estado actual del clima pueden ayudarnos a lograr los objetivos que nos hemos fijado, y el informe sobre el estado del clima en Europa es una herramienta esencial para apoyar a la Unión Europea con su agenda de adaptación climática y su compromiso de alcanzar la neutralidad climática para 2050’’, señaló Facchini.
En concreto, la temperatura registrada mostró que el promedio de Europa para el último período de 5 años fue de 2,2 grados centígrados por encima de la era preindustrial (1850-1900) y que 2022, con 0,9 grados, pasó por encima del promedio según el período de referencia de 1991 a 2020.
Copernicus alegó que los calores extremos son extremadamente peligrosos para la salud humana, incluso, en 2022 se registró un récord de días con ‘’estrés por calor’’.
Por su parte, el director de CS3, Carlo Buontempo, informó de ‘’cambios alarmantes’’ en el clima. ‘’Comprender la dinámica climática en Europa es crucial para nuestros esfuerzos por adaptar y mitigar los impactos negativos que tiene el cambio climático en el continente’’, explicó.
El CS3 hizo énfasis en la sequía generalizada como uno de los eventos más significativos que afectaron al continente europeo. Durante el invierno hubo hasta 30 días menos de nieve en muchas zonas.
Francia, España, Alemania y Eslovenia experimentaron las emisiones de incendios forestales más altas desde 2002 y el suroeste de Europa sufrió algunos de los incendios más grandes registrados.