Este sábado se cumplieron 25 años de la masacre del instituto Columbine, un suceso que sacudió a la sociedad estadounidense y que sigue resonando en la conciencia colectiva del país.
Aquel 20 de abril de 1999, dos estudiantes armados, Eric Harris y Dylan Klebold, ingresaron a la Escuela Secundaria de Columbine en Colorado y desataron una tragedia que dejó 13 muertos y 24 heridos, antes de quitarse la vida.
Los motivos detrás del ataque perpetrado por Harris y Klebold, ambos estudiantes de último año, no están claros. Sin embargo, investigadores encontraron diarios personales donde expresaban deseos de emular el atentado en Oklahoma City de 1995.
Además, ambos tomaban antidepresivos y Harris había manifestado pensamientos suicidas ante el psicólogo del centro escolar, además de amenazar a un compañero de clase a través de una página web que él mismo creó en 1995.
Sumado a esto, antes del ataque, los jóvenes fueron detenidos en 1998 por robar herramientas y otros materiales de construcción de una furgoneta, posiblemente para crear armas. También adquirieron armas de fuego unos meses antes del 20 de abril de 1999.
Harris y Klebold filmaron videos caseros hablando sobre sus explosivos, municiones y cómo obtuvieron las armas. Mostraron cómo escondían rifles y escopetas en sus hogares, y practicaron en un campo de tiro cercano antes del ataque. El último video, filmado minutos antes de los hechos, mostraba su despedida y disculpas a amigos y familiares.
Muchas balas y poco control
La masacre de Columbine marcó un punto de inflexión en el debate sobre el control de armas en Estados Unidos, pero a 25 años de distancia, poco se ha avanzado en esta materia.
Según datos del Gun Violence Archive, desde el 1 de enero hasta el 22 de abril de 2024, se han registrado 122 tiroteos masivos en el país. Esta cifra es alarmante y muestra la persistencia del problema.
Además, en los últimos años, los estadounidenses han sido testigos de un aumento preocupante en el número de tiroteos masivos. Según la misma ONG, pasaron de 272 en 2014 a 653 en 2023. Estas cifras son un claro indicador de que la violencia armada sigue siendo un grave problema en Estados Unidos.
«La masacre, según una investigación publicada en 2015 por el magacín ‘Mother Jones’, «inspiró» no menos de 74 incidentes similares. En 13 de esos casos, los asaltantes declararon su intención de «superar» la cifra de víctimas de la tragedia de Littleton. En al menos diez, los sospechosos se refirieron a los autores de la matanza, Eric Harris y Dylan Klebold como «héroes, ídolos, mártires» o, directamente, como «dioses»» señala un artículo publicado por la cadena Ser.
Comprar armas sigue siendo demasiado sencillo en EEUU
La masacre de Columbine debería haber sido un llamado de atención para implementar medidas más estrictas de control de armas, sin embargo, el progreso ha sido mínimo. A pesar de los esfuerzos de activistas y algunos políticos por promover leyes más rigurosas, el lobby de la industria armamentística y la resistencia de ciertos sectores políticos han obstaculizado cualquier avance significativo.
«Un estudio de la Universidad de Harvard publicado en 2019 demostraba que a cada tiroteo multitudinario en Estados Unidos le seguían un incremento de las propuestas de ley, principalmente a nivel estatal, para reducir el acceso a las armas; proyectos que rara vez, de acuerdo con el texto, se han traducido en una legislación en firme. El propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lamentó hace dos años, tras la masacre de la Escuela Primaria Robb de Uvalde (21 muertos, 18 heridos) en Texas, la ausencia de progresos a este respecto, a pesar de la sucesión de tragedias que siguieron a la del instituto de Littleton» reseña SER.
El trágico suceso de Columbine es recordado como el catalizador de una serie de esfuerzos para restringir el acceso a las armas de fuego, pero pocos de ellos han sido exitosos. La falta de acción legislativa ha permitido que tragedias similares ocurran una y otra vez en el país.
Ejemplos como el del Reino Unido y Australia, señalan que un control de armas severo reduce al mínimo estos hechos de sangre, es por eso que se insiste en la necesidad de un cambio urgente en la legislación de Estados Unidos.
Expertos aseguran que se deben implementar medidas más estrictas, como verificaciones exhaustivas de antecedentes para todos los compradores de armas de fuego y la prohibición de ciertos tipos de armas de asalto.
La masacre de Columbine sigue siendo un recordatorio doloroso de la necesidad de actuar, pero que lamentablemente parece haberse convertido en un día de luto sin mayores avances, que se recuerda cada año con la misma interrogante: ¿Cuántas muertes más hacen falta para tomar acciones concretas?