El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo realidad un proyecto de Ley que estipula la igualdad de salarios para ambos sexos y cierra una brecha históricamente desigual.
«Cuando aceptamos que las mujeres ganan menos que los hombres ejerciendo la misma función, estamos perpetuando la violencia histórica contra las mujeres», dijo el mandatario.
Destacó que el anterior gobierno del derechista, Jair Bolsonaro, les faltó el respeto a las mujeres al destruir políticas públicas dirigidas a ellas e incentivó veladamente la violencia contra las mujeres.
«Las estadísticas muestran que cada día 3 mujeres brasileñas son asesinadas. Es intolerable que una mujer o una niña sean violadas. Presentamos hoy un paquete de medidas para poner fin a esta barbarie. Pero es necesario ir más allá del combate», afirmó el presidente brasileño en una nota de la agencia RT.
Hay que recordar que en Brasil las mujeres representan 51,1% de la población y 52,65% del electorado. De hecho, este sector fue determinante en la victoria del actual mandatario.
Lula también volvió a poner en funcionamiento el Ministerio de Mujeres –extinto en 2016 durante el gobierno de Michel Temer–, que encabezará Cida Gonçalves, una especialista en género y violencia contra las mujeres.
Entre las medidas anunciadas este 8M, está la Construcción de Casas de la Mujer Brasileña -un programa que nació en 2015 durante el gobierno de Dilma Roussef- y se abrirán oficinas de fabricación de toallas intimas femeninas en las cárceles.
También se repartirá este producto de manera gratuita en el Sistema Único de Salud (SUS) y se reforzarán los canales para atender las denuncias de violencia.
Del mismo modo, se anunció la creación del «Día Nacional Marielle Franco contra la violencia política», en homenaje a la concejala negra y feminista, cuyo asesinato en 2018 conmocionó al país entero y que a día de hoy todavía no ha sido resuelto.
Cabe destacar que a diferencia de las anteriores primeras damas de Brasil, Rosangela Silva, conocida como Janja, protagoniza una intensa actividad en el gobierno y a ella se le atribuye parte del nuevo enfoque de género de la administración.
Los últimos estudios publicados esta semana apuntan que el 28,9 % de las mujeres en Brasil fueron víctimas de algún tipo de agresión en 2022. El perfil más frecuente es el de las mujeres negras de entre 25 y 45 años.
Pero eso no es todo, el Instituto de Estudios Socioeconómicos (Inesc) calcula que durante la gestión de Bolsonaro hubo una reducción de un 94 % de los recursos para políticas de combate a la violencia contra la mujer.