En un giro revolucionario en la concepción de bebés, la medicina reproductiva está dando paso a un nuevo hito: la creación de un útero artificial capaz de gestar 30.000 bebés al año.
Según informa El Ciudadano, este proyecto, denominado EctoLife, surge como una solución innovadora para abordar el problema de la natalidad en Europa y redefine la forma en que concebimos la maternidad y la gestación.
Durante 50 años de investigación, científicos de todo el mundo han trabajado para desarrollar esta tecnología pionera. Ahora, se estima que en tan solo 10 años podría convertirse en una realidad tangible.
Hashem Al-Ghaili, biotecnólogo cineasta transhumanista y fundador de EctoLife, destaca la oportunidad que esta tecnología representa para aumentar el índice de nacimientos y ofrecer nuevas posibilidades a las parejas con dificultades de fertilidad.
El concepto de EctoLife plantea una visión inquietante pero esperanzadora para el futuro de la reproducción humana. Según datos del INE, la tasa de natalidad en la UE ha disminuido en los últimos años, y esta innovadora tecnología podría cambiar el panorama reproductivo.
Al-Ghaili reconoce las posibles controversias que puede suscitar esta idea, comparándola con la resistencia inicial que generaron otras prácticas como la fertilización in vitro o la maternidad subrogada. Sin embargo, destaca que EctoLife podría beneficiar especialmente a parejas con problemas de fertilidad, así como a mujeres que han perdido el útero debido a complicaciones médicas.
La fábrica de bebés proyectada para EctoLife funcionaría con energías renovables y constaría de 75 laboratorios independientes, cada uno con 400 cápsulas responsables de imitar las condiciones del útero materno. Esto permitiría incubar hasta 30.000 bebés al año, ofreciendo un ambiente seguro y controlado para su desarrollo.
Dentro de estas cápsulas, los bebés serían monitoreados constantemente mediante sensores, cámaras y micrófonos, asegurando su bienestar y permitiendo una comunicación directa con los padres. Además, contarían con biorreactores que proporcionarían los nutrientes y el oxígeno necesarios para su crecimiento.
Aunque EctoLife plantea un nuevo paradigma en la reproducción humana, sigue generando debate sobre las implicaciones éticas y sociales de esta tecnología. Sin embargo, para muchas parejas que enfrentan dificultades de fertilidad, representa una esperanza de cumplir su sueño de ser padres.
