Un juez en la ciudad francesa de Niza dictaminó una prohibición permanente para una pareja de tener animales de compañía en su hogar, luego de que las autoridades descubrieran 159 gatos y siete perros conviviendo en condiciones desastrosas. Según informa 20 Minutos, los animales fueron encontrados deshidratados, desnutridos e incluso infectados por parásitos.
La investigación se inició hace aproximadamente un año, cuando la policía accedió a la vivienda y se encontró con la situación alarmante de los animales. La mujer, de 68 años, y el hombre, de 52, compartían un espacio de tan solo 80 metros cuadrados con todas sus mascotas, exacerbando las condiciones precarias en las que vivían los animales.
Durante el transcurso de la investigación, la gravedad del estado de algunas mascotas era tal que varios perros y gatos murieron. En una segunda visita a la vivienda, los investigadores se encontraron con la desgarradora escena de cuatro cadáveres en el cuarto de baño.
Este caso recuerda a otro suceso reciente en Granada, donde la Policía Local rescató a 34 perros de una vivienda en el barrio del Zaidín, donde una mujer convivía con ellos en condiciones de hacinamiento.
El veredicto del juez incluye no solo la prohibición de tener más mascotas, sino también una multa de más de 150.000 euros (unos 162.000 dólares) impuesta a la pareja, cuyos fondos serán destinados a organizaciones benéficas dedicadas a la defensa de los derechos de los animales.
La mujer, en su declaración ante el tribunal, afirmó que las mascotas eran «el amor de su vida», aunque los fiscales solicitaron una pena de prisión de 18 meses. No es la primera vez que esta pareja enfrenta problemas relacionados con la tenencia de animales; en 2014, fueron investigados por hechos similares.
Según los informes, la situación comenzó con seis gatos en la vivienda, pero la mujer admitió haber aumentado el número de animales a partir de 2018, adoptando a 30 gatos que vivían en un edificio abandonado y comenzaron a reproducirse. Una investigación psiquiátrica reveló que la pareja sufre del síndrome de Noé, un trastorno psicológico que impulsa a las personas a rescatar animales sin poder proporcionarles el cuidado adecuado.