El trágico fallecimiento de Arely Naomi Proctor, una niña de tres años, conmocionó a la comunidad de California en 2021, cuando batalló durante horas, intentó escapar y dijo «te amo» a su madre, mientras era sofocada en un supuesto exorcismo que terminó con su muerte.
Durante este asalto, Arely «luchó por su vida mientras tres adultos de confianza la agarraban por el cuello, torso, espalda y piernas, la sofocaban al intentar repetidamente abrirle la boca para hacerla vomitar, y la sostenían con tanta fuerza que sufrió sangrado interno y lesiones», escribió la fiscal adjunta del condado de Santa Clara, Rebekah Wise, en documentos judiciales recientes.
Los implicados en este trágico suceso son la madre de Arely, Claudia Hernández, su tío René Aarón Hernández Santos, y su abuelo René Trigueros Hernández.
Este martes, el juez Hanley Chew pospuso hasta el 13 de mayo la decisión de si la madre, el abuelo y el tío de la niña deberían ser juzgados por cargos criminales, permitiendo a los abogados más tiempo para presentar argumentos y nueva evidencia para llevar el caso a juicio.
Claudia, Aaron y René se han declarado inocentes del cargo de agresión a un niño menor de ocho años causando la muerte, lo cual es un delito grave, pero permanecen detenidos sin posibilidad de fianza desde 2022
La investigación reveló que los bomberos encontraron el cuerpo de la niña, lleno de heridas, en el altar de la iglesia. Claudia, la madre de Arely, justificó sus acciones argumentando que la niña había sido poseída por fuerzas malignas, alegando cambios en su apariencia y comportamiento como evidencia.
El trágico episodio comenzó cuando Claudia, y René Aaron, llevaron a Arely a la iglesia para una ceremonia de oración después de un intento fallido de inducir el vómito. El abuelo de la niña, René Trigueros Hernández, quien era pastor de un grupo de adoradores pentecostales que se hacían llamar Iglesia Apóstoles y Profetas, se unió más tarde a la sesión. Durante horas, mantuvieron a la niña en una posición inusual mientras ella luchaba por liberarse.
En otra declaración, la mujer dijo que estuvo hablando con Dios durante varios días antes de asesinar a su hija. “Dios le dijo a Claudia que esto estaba sucediendo porque ella nunca estuvo destinada a ser madre”, escribió la fiscal.
Claudia admitió ante las autoridades que incluso después de las expresiones de amor de su hija, aún creía firmemente que estaba poseída. Alegó que fue Dios quien le indicó que la niña ya no volvería y que había fallecido. Sin embargo, la madre no mostró remordimiento por sus acciones, atribuyéndolas a una supuesta voluntad divina.
Aaron, otro de los implicados, respaldó la versión de Claudia, afirmando que la niña estaba poseída. Sin embargo, admitió que sus acciones durante la ceremonia podrían haber contribuido a la tragedia, al recibir supuestas instrucciones divinas para apretar con fuerza.
Por su parte, René, el abuelo de la niña, corroboró las creencias de su hija y su apoyo a las acciones realizadas durante la ceremonia.
Claudia, la madre, aseguró que “Arely se veía diferente. Sus ojos eran diferentes. Parecían vacíos y ‘no era ella’”. Asimismo, afirmó que mientras gritaba no parecía su voz normal. «Lo que creo es que estaba poseída, ya sabes, porque voy a la iglesia», comentó la mujer.
