Jaime Saade fue condenado y extraditado desde Brasil por la justicia colombiana, por asesinar y abusar sexualmente de la joven Nancy Mestre en los años 90’.
Treinta años después del asesinato de ese asesinato, su padre en colaboración con las autoridades, logró dar con el asesino, el ex novio de la joven Jaime Saade.
Mediante un anuncio del embajador colombiano en Brasil, Guillermo Rivera, se reveló que Saade sería trasladado desde Brasil hasta Colombia para enfrentar la justicia en Barranquilla.
El Caso
El 31 de diciembre de 1994, Nancy pidió permiso a sus padres para terminar la celebración de año nuevo con la familia de su novio, Jaime Saade. «Regresa antes de las 3 am», le pidió Martín Mestre a su hija. «Cuídala bien», le pidió a Jaime.
Pero para las 6 de la mañana, Martín despertó con la certeza de que algo había sucedido. Su padre la buscó en discotecas y bares hasta llegar a la casa del novio.
Allí se encontró con su madre del joven limpiando el piso. «Estaba oscuro y no me di cuenta en ese momento de que estaba pisando la sangre de mi propia hija. Y que la madre del asesino estaba violando la escena del crimen», relata BBC en su portal web.
«Su hija tuvo un accidente y está en la Clínica del Caribe», dijo la mujer. Todo indica que envolvieron el cuerpo desnudo de Nancy en una sábana y lo pusieron en la caja de una camioneta. Cuando el padre llegó a la Clínica, le dieron otra versión, que Nancy había intentado suicidarse.
Martín nunca lo creyó. «Fue poco a poco que empecé a organizar en mi cabeza lo que había pasado. La violaron, la maltrataron y la tiraron en la parte trasera de una camioneta. Yo dije: ‘¡Dios mío, qué le hicieron a mi hija!'», recuerda Mestre.
La joven murió unos 8 días después del ataque. Su novio era el principal sospechoso y para entonces había escapado del país. «Jaime inició su huida el mismo día del asesinato y nunca más se lo volvió a ver en el país», dice Mestre citado por BBC. La policía descartó la tesis del suicidio. Nancy murió de un disparo en la cabeza, que le entró por la sien derecha.
Se encontraron restos de pólvora en su mano izquierda, un indicio, según las autoridades colombianas, de que trató de defenderse. Dos años después de la muerte de la joven, en 1996, un tribunal colombiano condenó a Jaime Saade a 27 años de prisión por asesinato y violación.
Martín hizo cursos de servicios de inteligencia y recuperó el conocimiento que había aprendido como oficial naval para encontrar al asesino de su hija.
«Creé cuatro personajes ficticios, dos hombres y dos mujeres, y comencé a establecer contacto en las redes sociales con los familiares de Jaime para ganarme la confianza y obtener información que me pudiera llevar a él», le explicó a BBC Brasil.
«Cada vez que cambiaba el responsable de la investigación, yo iba allí con todos los documentos para poner al día a la persona en todo», agrega.
Mediante las conversaciones que mantuvo con los familiares del sospechoso utilizando identidades falsas, Mestre descubrió dos pistas que lo llevaron a sospechar que Jaime podría encontrarse en Brasil.
En primer lugar, descubrió que un hermano de Saade residía en dicho país. Además, comenzó a notar la frecuente mención de la palabra «Santa Marta» por parte de la familia de Saade, lo que despertó sus sospechas. Santa Marta es una ciudad costera en Colombia, que cuenta con una playa llamada Bello Horizonte.
A través de su investigación, Mestre llegó a la conclusión de que Saade probablemente estaba en la ciudad brasileña de Belo Horizonte, ubicada aproximadamente a 440 kilómetros al norte de Río de Janeiro, y no en Santa Marta, Colombia.
Armado con esta información, la Policía Federal de Brasil y Interpol lograron localizar a una persona con un perfil similar al de Jaime Saade en Belo Horizonte.
Los oficiales siguieron al sospechoso hasta una cafetería y, al salir del establecimiento, recuperaron la taza que utilizó, con el objetivo de verificar si las huellas dactilares coincidían con las del individuo condenado por el asesinato de Nancy. Para su sorpresa, las huellas eran idénticas.
Cuando confrontaron a Saade, este presentó documentos falsos y afirmó llamarse Henrique dos Santos Abdala. Vivía una vida apacible en Belo Horizonte, junto a su esposa brasileña y dos hijos mayores. La Policía Federal lo detuvo y comenzó a enfrentar cargos en Brasil por falsificación de identidad.
Poco después, el gobierno colombiano solicitó su extradición para que pudiera cumplir su sentencia de 27 años en su país natal.
«Cuando recibí la llamada del director de Interpol informándome sobre la detención, me arrodillé en el suelo y comencé a agradecer a Dios. ¡Dios mío! Después de casi 27 años, finalmente habrá justicia», recordó Mestre.
«Llamé a mi otro hijo, Martín, quien reside en Estados Unidos, y a su madre, que ahora vive en España, y todos empezamos a llorar». Para Mestre, parecía que serían cuestión de meses antes de que Saade comenzara a cumplir su condena en Colombia.
Solo necesitaban la aprobación para la extradición, pero el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil decidió no extraditar a Saade debido a que el delito que había cometido había prescrito en Brasil, ya que el plazo de prescripción para el asesinato era de 20 años, y Saade fue encontrado 26 años después del crimen.
Sin embargo, la legislación también establece que si la persona comete otro delito después, se interrumpe la prescripción del primero. Saade había cometido el delito de falsificación de identidad y documentos para fugarse, lo que le permitía quedarse en Brasil sin ser castigado por el asesinato de Nancy Mestre.
El padre de la joven, con respaldo de autoridades colombianas, apeló la decisión del STF y, el 31 de marzo del año pasado, logró que el tribunal anulara la decisión que impedía la extradición de Saade.
Finalmente, después de tres décadas de esfuerzo, Martín Mestre ha logrado que Jaime Saade responda ante la justicia colombiana por el brutal asesinato de su hija de apenas 18 años.
La detención de Saade en 2020 en Belo Horizonte, Brasil, fue el resultado del extenso trabajo de búsqueda realizado por Martín Mestre, el padre de la víctima. Después de casi tres décadas de búsqueda, el padre de Nancy Mestre ha logrado que el presunto asesino enfrente la justicia.
Saade había logrado vivir una vida normal en Brasil bajo el nombre falso de Henrique dos Santos Abdala hasta que fue encontrado por Martín Mestre. El descubrimiento de Saade marcó el comienzo de un largo proceso para llevarlo ante la justicia.
El crimen que cambió el destino de la familia Mestre ocurrió en la madrugada del 1 de enero de 1994. Nancy, una joven con sueños de convertirse en diplomática, fue brutalmente asesinada, truncando sus aspiraciones y dejando un vacío en su familia.
Después del asesinato, Saade huyó de Colombia, evadiendo la justicia durante años. Pero el incansable esfuerzo de Martín Mestre lo llevó a descubrir la verdadera identidad y paradero del presunto asesino de su hija.
La detención de Saade en Brasil fue el resultado de una meticulosa investigación por parte de las autoridades colombianas y de Interpol. Después de años de fuga, Saade finalmente enfrentaría las consecuencias de sus acciones.
El largo viaje hacia la justicia para Nancy Mestre y su familia finalmente estaba llegando a su fin. Martín Mestre, con el apoyo de las autoridades colombianas, ha logrado que Saade responda ante la justicia por el brutal asesinato de su hija de 18 años.
La lucha incansable de Martín Mestre por la justicia ha dado sus frutos, y ahora, después de tres décadas, el presunto asesino de Nancy Mestre será llevado ante la justicia colombiana.
