Leer un libro antes de dormir emerge como un hábito recomendado para mejorar la calidad del sueño. Al dejar de lado las pantallas y centrar la atención en el material impreso, se promueve la relajación y se reduce el estrés, que es precisamente uno de los mayores enemigos del sueño.
Según afirma la OMS, el estrés es el culpable del 12% de todas nuestras dolencias. Leer durante seis minutos te ayuda a minimizar los niveles de estrés en un 60%, ralentiza el ritmo cardíaco y alivia la tensión muscular.
La lectura no solo proporciona un escape de la realidad diaria, sino que también ejercita el cerebro, fortaleciendo la memoria y la capacidad de respuesta. Al sumergirse en la trama de un libro, el cerebro se activa y se nutre, lo que contribuye a un descanso más profundo y reparador.
Po esto, adoptar la lectura nocturna como parte de una rutina establece un ritual que prepara al cuerpo y la mente para el descanso. Al crear esta asociación, el cuerpo reconoce el momento de relajación y se prepara para conciliar el sueño de manera más efectiva.
La lectura antes de dormir no solo mejora la concentración y la memoria, sino que también enriquece nuestros sueños al estimular la capacidad de concentración y activar la imaginación. Al incorporar este hábito, se promueve un descanso mucho más profundo y se potencia la calidad de nuestros sueños.