Un zoológico en China ha sido denunciado por supuestamente teñir de blanco y negro a dos perros, con el propósito de engañar a sus visitantes y hacerlos pasar por osos pandas.
Los videos de estos animales publicados en línea han confundido a los internautas. Algunos los confundieron con pandas reales, mientras otros se preguntaban si los «perros panda» eran una raza genuina, reportó el portal Q’Pasa.
Perros teñidos como pandas
Según informes locales, estos perros han sido teñidos para parecerse a los pandas gigantes. Un medio local de Taizhou, en la provincia de Jiangsu, aclara que no son una raza real.
Estos caninos suelen tener una capa interna blanca con marcas negras alrededor de los ojos y las orejas, lo que les ayuda a imitar los rasgos faciales de un panda gigante.
Descubriendo el engaño
Una visitante comentó que se sintió intrigada por la controversia y decidió visitar el zoológico. Muchos se dieron cuenta de que eran perros y no pandas solo al llegar al recinto.
Estrategia del zoológico
Un trabajador del zoológico reveló que la iniciativa tiene como objetivo atraer más visitantes. Aún no pueden albergar pandas reales debido al espacio limitado.
Aunque la atracción fue exitosa durante las vacaciones, algunos internautas cuestionaron el teñido de los perros. El zoológico argumentó que el pelaje de los perros se puede teñir de manera segura.
Antecedentes
En 2016, en Singapur, tres chow chows fueron teñidos para parecer pandas. Aunque se investigó el caso, se consideró poco probable que el uso de colorantes dañara a los perros.
China tiene alrededor de 1.800 pandas viviendo en estado salvaje y presta al menos 65 a más de 20 países. La práctica de prestar pandas comenzó en la dinastía Tang y se ha mantenido hasta hoy.
Relaciones Internacionales
Este préstamo de pandas, conocido como diplomacia panda, promueve asociaciones mutuas entre China y los países receptores. A cambio, los países anfitriones pagan tarifas anuales por cada oso.
En 1984, China cambió de regalar pandas a prestarlos por períodos de tiempo. Esta práctica permite a China promover su imagen en el extranjero y construir relaciones de confianza, sin embargo es fuertemente criticada por los defensores de los derechos de los animales.