Casa Amarilla: el lugar en el que una doctora experimentó con más de 3.000 niños

En una desgarradora revelación, Evy Mages, una reconocida fotoperiodista austriaca, ha compartido su historia de infancia marcada por el terror en la Casa Amarilla de Innsbruck, un lugar al que acudió como niña a cargo del estado, y cayó en manos de una macabra doctora que experimentó con más de 3.000 niños.

En un reportaje de la BBC, Evy relata: «Tenía recuerdos de los que nunca había hablado y, de repente, ahí estaban. Todo explotó dentro de mí, salí corriendo de la casa… ¡quería gritarlo desde las cimas de las montañas!».

La casa amarilla del terror: el oscuro secreto

La Casa Amarilla, una estructura ahora convertida en edificio de apartamentos, fue testigo de un oscuro secreto que estuvo oculto durante años. Evy, quien vivió en este lugar en su infancia, revela los horrores que allí ocurrieron, según la BBC.

Desde su nacimiento en Austria en los años 60, Evy fue sometida a un tumultuoso viaje por el sistema de acogida, viviendo en orfanatos y en la Casa Amarilla bajo el cuidado de una doctora abusiva.

El lugar era llamado Kinderbeobachtungsstation, lo que significa «Estación de Observación de Niños», y funcionó por 33 años como una especie de psiquiátrico para menores de edad. El solo nombre le trajo amargos recuerdos a la mujer, memorias que estaban sepultadas en el inconsciente.

Aunque Evy mantuvo estos recuerdos encerrados durante décadas, una búsqueda en internet reavivó el pasado que tanto había intentado dejar atrás.

Evy Mages junto a su familia

Su mamá no estaba casada cuando salió embarazada de Evy en los años 60, y para la época esto era considerado una deshonra para la familia y los niños. Por esta razón la ahora fotoperiodista fue puesta en hogares de acogida.

La experiencia fue tan traumática, que Evy cuenta a la BBC que cuando se mudó a EEUU juró nunca más volver al país que la vio nacer, y tampoco pronunciar palabras en alemán, para evitar que las trágicas memorias se refrescara.

Niños como conejillos de indias

A los 59 años, Evy finalmente se siente lista para compartir su angustiosa historia. Desde su turbulenta infancia hasta su estancia en la Casa Amarilla, donde fue objeto de un cruel experimento, Evy describe los horrores que vivió.

La Casa Amarilla, dirigida por la psiquiatra Maria Nowak-Vogl, fue el escenario de un experimento siniestro en el que niños como Evy fueron sometidos a abusos sistemáticos.

«Era una doctora entrenada por los nazis y tenía esa ideología (…) Pero en Austria la veneraban. Era considerada una experta en psiquiatría infanto-adolescente y tenía estrechos vínculos con el sistema de bienestar austriaco, por lo que había un suministro interminable de niños» comentó a la BBC.

«No nos dejaban hablar. Y el lenguaje que se permitía era abreviado. Teníamos que pedir permiso para todo», relata Evy sobre las reglas draconianas impuestas por Nowak-Vogl.

Sedantes y hormonas inyectadas en los pequeños adoptados

Se descubrió que Nowak-Vogl administraba sedantes fuertes y una extraña hormona llamada epifisan a los niños, en un intento de suprimir sus sentimientos sexuales.

Este experimento, que involucró a más de 3.650 niños durante 33 años, fue finalmente condenado por una comisión de expertos en 2013.

«Las noches eran las más aterradoras (…) Nos acostábamos con la manta bajo las axilas y nuestros brazos encima para que no nos tocáramos. Los colchones tenían una alarma incorporada que les avisaba cuando alguien mojaba la cama» comentó.

«Personas con batas blancas venían a llevarte y darte una ducha helada como castigo, y luego tenías que pararte en la esquina del pasillo, donde la única luz provenía de esa pecera. Daba miedo irse a dormir» cuenta Ivy.

Ivy Mages de niña, durante el tiempo que estuvo internada en la «Casa Amarilla» (Foto: BBC)

Los horrores que Evy experimentó en la Casa Amarilla la persiguieron durante décadas, afectando su salud mental y física. Sin embargo, con el apoyo de su familia, Evy ha encontrado el coraje para enfrentar su pasado y buscar justicia.

Una paz que costó demasiado

Después de años de lucha interna, Evy finalmente siente que ha encontrado la paz. «El proceso de desenterrar todo esto realmente me cambió. Duermo bien, tengo más confianza, estoy en una situación mucho mejor», dice Evy.

Aunque el pasado de Evy estuvo marcado por el dolor y el sufrimiento, su valentía al compartir su historia ofrece una luz de esperanza para todos aquellos que han sido víctimas de abuso infantil.

Ahora, con su historia compartida, Evy espera que se haga justicia para todos los niños que sufrieron en la Casa Amarilla.

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