El expresidente de EEUU, Donald Trump, ha aceptado debatir con el actual mandatario, Joe Biden, en dos ocasiones programadas por las cadenas de noticias CNN y ABC. Uno de los debates está programado para el 27 de junio a las 9:00 p.m. en Georgia, organizado por CNN.
ABC se une al juego
ABC también anunció su participación al acoger el segundo debate el 10 de septiembre. Esta decisión ha marcado un giro significativo en la postura inicial de Trump, quien había negado la posibilidad de debates en los meses anteriores.
Propuesta de Trump para otro debate en Fox News
Además, Trump propuso otro debate en Fox News para el 2 de octubre, aunque aún no se ha confirmado si Biden ha aceptado esta propuesta. Esta sugerencia resalta la importancia de la estrategia mediática en el desarrollo de la campaña.
Biden ansioso por debatir
Biden expresó recientemente su deseo de debatir con Trump en una entrevista con Howard Stern, afirmando: «En algún lugar, no sé cuándo, pero estoy feliz de debatir con él». Esta declaración marca un cambio en la actitud del mandatario, quien anteriormente evitaba hablar sobre el tema.
Recordatorio de la evasión previa de Biden
Vale la pena recordar que Biden había evitado hablar del tema durante meses. Anteriormente, en febrero, cuando se le preguntó sobre los llamados al debate de Trump, Biden respondió: “Si yo fuera él, me gustaría que él también debatiera conmigo. No tiene nada más que hacer”. Este cambio de actitud puede interpretarse como una respuesta a la presión mediática y pública.
Trump cambia de opinión
A pesar de su negativa inicial a participar en debates durante las primarias republicanas, Trump anunció en marzo a través de las redes sociales que estaba dispuesto a debatir con Biden “en cualquier momento y en cualquier lugar”. Esta flexibilidad marca un cambio estratégico significativo en su campaña, reportó Caraota Digital.
la aceptación de Trump para debatir con Biden en CNN y ABC, junto con su propuesta para un debate adicional en Fox News, refleja una reorientación estratégica en la campaña presidencial. La disposición de Biden a debatir señala una respuesta a la presión pública y mediática.
