Victoria Cilliers, una experimentada paracaidista y fisioterapeuta del Ministerio de Defensa británico, vivió una experiencia aterradora cuando su esposo, Emile, intentó asesinarla durante un salto en paracaídas.
La propuesta de Emile de realizar un salto juntos parecía una señal de reconciliación tras las dificultades en su matrimonio, especialmente después del nacimiento de su segundo hijo.
El salto fatal
Con más de 2.650 saltos a sus espaldas, Victoria no dudó en aceptar la invitación de su esposo. Saltaron juntos desde 1.200 metros de altura, pero el paracaídas de Victoria no se abrió.
«No me preocupé en exceso porque alguna vez me había pasado», recordó Victoria. Sin embargo, la posibilidad de que el paracaídas de reserva tampoco se abriera era de una entre un millón, y eso fue exactamente lo que ocurrió.
A una velocidad de 90 kilómetros por hora, Victoria impactó contra un campo de cultivo recién arado, lo que amortiguó el golpe. Milagrosamente, sobrevivió al brutal impacto, aunque sufrió múltiples fracturas en la columna vertebral, pelvis y costillas.
Investigación y descubrimientos
Días después del accidente, la Asociación de Paracaidistas del Ejército puso el caso en manos de la policía. Las sospechas aumentaron cuando Victoria recordó un reciente escape de gas en su casa.
Los detectives Paul Franklin y Maddy Hennah descubrieron una relación abusiva detrás del matrimonio. Emile ejercía un control total sobre Victoria, mientras llevaba una vida paralela con su amante, Stephen Groff, y frecuentaba prostitutas y clubes de intercambio de pareja.
Además, estaba endeudado y tentado de cobrar el seguro de vida de Victoria, valorado en 140.000 euros (unos 150.000 dólares).
Consecuencias legales
A pesar del control emocional que Emile ejercía sobre Victoria, lo que llevó a que ella cambiara su declaración en el primer juicio, finalmente fue condenado a cadena perpetua por intento de asesinato en 2018.
Durante su recuperación, Victoria escribió su libro de memorias, I Survived, que inspiró el documental The Fall en el Canal 4.
Un nuevo comienzo
A sus 48 años, Victoria ha logrado rehacer su vida. Ahora, está enamorada de otro paracaidista, Simon Goodman, con quien ha vuelto a saltar sin temor.
«El ruido de los reactores, el olor a combustible o el golpe de viento al abrir la portezuela del avión me hicieron sentirme tremendamente aprensiva», confesó Victoria. Sin embargo, al tocar tierra, experimentó una profunda sensación de alivio y liberación.
Con información de El Mundo