Ser el último en ser elegido para un equipo deportivo en la escuela puede parecer una simple experiencia infantil. Sin embargo, estudios sugieren que esta práctica puede tener consecuencias psicológicas profundas y duraderas. Afecta la autoestima y el bienestar emocional en la vida adulta.
Una práctica humillante
Investigaciones indican que ser elegido de último para un equipo puede ser humillante en el momento y dejar una marca emocional a largo plazo.
David Barney, especialista en formación de profesores de la Universidad Brigham Young, afirma que esta práctica puede hacer que los niños asocien el ejercicio con algo negativo. Esto puede llevar a una disminución de la participación en actividades físicas futuras.
Impacto en la autoestima
Un artículo publicado en The Physical Educator revela que muchos estudiantes recuerdan vívidamente la experiencia de ser elegidos últimos, mientras que olvidan rápidamente los resultados del juego. Esta práctica no sólo desmotiva a los niños, sino que también puede crear un círculo vicioso de baja autoestima y falta de confianza en sus habilidades deportivas.
Alternativas para evitar el rechazo
Barney sugiere seleccionar equipos en privado para evitar la humillación pública. Este método puede ayudar a los estudiantes a no sentirse avergonzados ni excluidos. Además permite que los equipos estén más equilibrados y fomentando un ambiente más inclusivo y positivo.
Asociaciones negativas con el ejercicio
Otro estudio realizado en 2014 por psicólogos de la misma universidad encontró datos importantes. Señaló que los niños objeto de burlas durante las clases de gimnasia tienden a hacer menos deporte al año siguiente.
Esto sugiere una correlación entre experiencias negativas en la educación física y la disminución de la actividad física en el futuro.
Estrategias para un entorno positivo
Para mejorar las experiencias en la clase de gimnasia, Barney propone medidas como poner música durante las actividades.
Su estudio encontró que los estudiantes de 9 y 10 años tenían seis veces más probabilidades de disfrutar la clase con música, mostrando un efecto motivador significativo.
Ser elegido de último para un equipo deportivo en la escuela puede parecer trivial, pero sus efectos psicológicos pueden ser duraderos.
Es crucial que los educadores consideren alternativas que fomenten un entorno inclusivo y positivo, ayudando a todos los estudiantes a desarrollar una relación saludable con el ejercicio y mejorar su bienestar emocional.
