El break dance hace historia y se suma a los deportes olímpicos

Por primera vez en la historia, el break dance, también conocido como breaking, formará parte de los deportes oficiales de los Juegos Olímpicos. Este hito marca un momento significativo para una forma de arte que nació en el barrio del Bronx, Nueva York, y que a menudo ha sido marginada por su asociación con la violencia y las pandillas.

De pasatiempo a profesión: la historia de Juan Carlos

Juan Carlos, un bailarín de Quito, Ecuador, viajó a Miami para participar en un concurso de break dance. Aunque siempre le atrajo este baile, inicialmente lo veía como un pasatiempo.

Sin embargo, después de una lesión en las rodillas que lo alejó del fútbol, descubrió el mundo del breaking y lleva 11 años dedicado a esta pasión. «El breaking es un baile dinámico, muy explosivo, es el baile original de hip-hop y fue el primer baile que vino con la cultura», comenta Juan Carlos.

Un arte urbano con raíces profundas

El breaking surgió en la década de 1970 entre jóvenes afroamericanos y latinos en el Bronx, inspirado por movimientos acrobáticos y música funk.

Con el tiempo, los bailarines, conocidos como b-boys y b-girls, desarrollaron un estilo caracterizado por la improvisación, creatividad y movimientos casi acrobáticos. «El break es una pasión a la que tienes que dedicarle tiempo, mente y cuerpo», señala Kevin López, conocido como «Kaiba» en El Salvador.

Del estigma a la aceptación

Históricamente, el break dance estuvo asociado con la violencia de pandillas y se practicaba en la clandestinidad. «Tiene su capítulo oscuro porque nació de los suburbios, en la calle. Conserva un poco de esa esencia, pero lo bueno es que salió de ahí», dice el bailarín ecuatoriano ‘Crack7’.

Sin embargo, esos días han quedado atrás, y ahora el breaking se ha convertido en una disciplina respetada a nivel internacional.

El futuro del breaking en los juegos olímpicos

Con su inclusión en los Juegos Olímpicos de París 2024, el breaking se enfrenta a un nuevo nivel de exposición y reconocimiento. Juan Carlos, aunque no llegó a tiempo para postularse para esta edición, aspira a competir en Los Ángeles 2028.

«Es muy difícil por la escasez de oportunidades, pero no imposible», comenta, destacando la necesidad de apoyo y recursos para los bailarines.

Omar ‘RoxRite’ Delgado, un destacado bailarín y juez en eventos de Red Bull BC One, celebra este momento: «El baile ha ayudado a mucha gente a salir de los problemas de la calle. Ahora hay nuevas oportunidades, y muchos jóvenes están promoviendo el aspecto positivo de este arte».

Un camino de superación

Quienes practican el break dance, como Juan Carlos, reconocen el estigma que alguna vez lo rodeó.

Sin embargo, ven la inclusión en los Juegos Olímpicos como una oportunidad para mostrar el crecimiento y la profesionalización del baile. «Salió de la calle y mira ahora donde está. No es un motivo para marginar el baile, sino para ver es que un motivo de superación», afirma.

En París 2024, los competidores de break dance serán evaluados en cinco aspectos: musicalidad, vocabulario, originalidad, técnica y ejecución. Esta evaluación integral resalta lo que hace único al break dance y promete mostrar al mundo el talento y la pasión de sus practicantes.

Un camino por delante

La inclusión del break dance en los Juegos Olímpicos no solo legitima esta forma de arte, sino que también abre nuevas puertas para los bailarines y la comunidad del hip-hop en general.

«Ahora estamos con otra oportunidad muy grande para enseñar al mundo las nuevas historias, los nuevos ídolos del baile», concluye Omar Delgado.

Un reporte de La Voz de América

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