Jean-Michel Claverie, de 73 años, alerta sobre un posible peligro: una pandemia originada por un virus zombie congelado durante miles de años en el permafrost del Ártico.
Hace 10 años, Claverie revivió un virus de 30.000 años y lo hizo infectar a una ameba. Este «virus zombie» podría ser solo el comienzo de una amenaza mayor.Pioneros en virología ambiental
Claverie y su esposa, Chantal Abergel, dirigen el Centro de Información Estructural y Genómica de la Universidad de Aix-Marsella.
Juntos, lideran un equipo que busca, revive y estudia estos antiguos virus. Su trabajo ha marcado hitos científicos, como el descubrimiento del primer virus gigante, el mimivirus.
Un trabajo en equipo
Desde 1995, Claverie y Abergel combinan teoría y práctica en su laboratorio. Jean-Michel se encarga de la parte teórica, mientras que Chantal lidera el equipo experimental. Su trabajo ha revelado la existencia de virus gigantes que desafían las creencias tradicionales sobre los virus.
Virus del Permafrost: una nueva amenaza
En 2013, Claverie comenzó a estudiar virus congelados en el permafrost, inspirado por el descubrimiento de una planta revivida después de 30.000 años en Siberia. Estos virus, aunque infectan amebas, plantean preocupaciones sobre otros patógenos desconocidos que podrían liberarse con el deshielo del Ártico.
Riesgos y desafíos
El deshielo del permafrost podría liberar virus que llevan congelados miles de años. Estos virus son desconocidos para la ciencia y podrían encontrar nuevos huéspedes humanos.
La falta de conocimiento sobre estos patógenos aumenta el riesgo de futuras pandemias.
Trabajo en el laboratorio
La rutina de Claverie y Abergel es variada. Además de investigar, redactan solicitudes de subvenciones y preparan artículos científicos, señala Infobae. Uno de sus últimos estudios describe el descubrimiento de cinco nuevas familias de virus de hasta 48.500 años de antigüedad.
Virus antiguos y peligrosos
Según Claverie, los virus antiguos del permafrost podrían representar una amenaza significativa. Estos virus, conservados en condiciones ideales, podrían seguir siendo infecciosos. El deshielo acelerado del Ártico aumenta la probabilidad de que estos patógenos se liberen y propaguen.
Una amenaza real
El acceso humano al Ártico, impulsado por la minería y otras actividades industriales, podría liberar estos virus antiguos. La extracción de petróleo y otros recursos aumenta el riesgo de exposición a patógenos desconocidos. Claverie y Abergel buscan adelantarse a estos peligros y prevenir la próxima pandemia.
Con información de Infobae (Maximiliano Fernández)