Nagoro, conocida como ‘la aldea de los muñecos’, se encuentra en la isla de Shikoku, en la prefectura de Tokushima en Japón. Hace más de 60 años, esta aldea estaba habitada por hombres, mujeres y niños. Hoy, solo quedan 30 personas y 350 muñecos, lo que la ha puesto en el radar de curiosos.
Ayano Tsukimi: La creadora de los muñecos
Estos muñecos, hechos de algodón, tela y estambre, y vestidos como los antiguos pobladores, fueron creados por una sola persona: Ayano Tsukimi, una mujer de 72 años.
Cuando Ayano regresó a su pueblo natal en 2002, encontró Nagoro vacía y desolada. Para evitar que su aldea pareciera abandonada, comenzó a reemplazar a los antiguos residentes con muñecos.
Esta iniciativa surgió a raíz de la celebración japonesa conocida como undokai, una festividad deportiva escolar. Al ver que la escuela central del pueblo había cerrado hace más de 10 años, Ayano decidió coser muñecos de tamaño real para llenar la escuela vacía.
Los muñecos de Nagoro: Una atracción turística
Los muñecos de Ayano Tsukimi parecen tener vida propia, dispersos por toda la aldea. Se pueden encontrar en las puertas de las casas, en la escuela, en la parada de autobús, junto al río, o incluso tumbados en el suelo como si estuvieran tomando una siesta.
El despoblamiento de Nagoro se aceleró tras el accidente nuclear de Fukushima en 2015. Los jóvenes se marcharon en busca de mejores oportunidades, y los ancianos fallecieron. Hoy, solo quedan 30 habitantes en la aldea, y el último niño nació hace más de 18 años.
Un proyecto que comenzó con un espantapájaros
Inicialmente, Ayano quería darle vida a Nagoro plantando jardines, pero las semillas que sembró no crecieron. Mientras esperaba, comenzó a hacer muñecos. El primer muñeco que fabricó fue un espantapájaros, inspirado en la figura de su padre, para evitar que las aves se comieran las semillas. Este muñeco fue tan realista que decidió continuar creando más.
Nagoro, una vez una aldea vibrante, ahora es conocida en todo el mundo por sus inquietantes y encantadores muñecos de trapo, convirtiéndose en una peculiar atracción turística.
Con información de BBC Mundo y La República
