Utilizando fondos de su distrito escolar durante la pandemia de COVID-19, Liddell llevó a cabo un esquema que se prolongó durante casi dos años, según informaron los fiscales del caso.
El esquema de robo de alitas de pollo inició durante la pandemia
Liddell, quien utilizó su posición como directora del Distrito Escolar Harvey 152, ubicado cerca de Chicago, orquestó el robo al ordenar grandes cantidades de alitas de pollo destinadas a los estudiantes que aprendían de forma remota.
Sin embargo, en lugar de entregar la comida a los estudiantes, se apropió de las alitas de pollo, desvío que pasó desapercibido durante meses.
De acuerdo con la información de los fiscales, el esquema de Liddell comenzó en julio de 2020, en pleno auge de la pandemia. Durante este tiempo, los estudiantes seguían recibiendo comidas para llevar a casa, ya que las clases presenciales no estaban permitidas.
Entre agosto y noviembre de 2021, Liddell ordenó más de 11.000 cajas de alitas de pollo al proveedor del distrito, Gordon Food Services, utilizando una camioneta de carga del distrito para recoger los pedidos.
Descubrimiento del fraude y sentencia
El fraude se descubrió en 2023, cuando una auditoría interna reveló un gasto excesivo de 300.000 dólares en el presupuesto anual del servicio de alimentos del distrito. Esta discrepancia levantó sospechas y llevó a una investigación más profunda, que finalmente expuso las acciones de Liddell.
Los fiscales señalaron que las facturas mostraban las alitas de pollo -un alimento que no se serviría a los estudiantes por contener huesos- lo que alertó al gerente comercial del distrito.
Vera Liddell se declaró culpable el 9 de agosto de 2023, enfrentando cargos de robo y gestión de una empresa delictiva. Liddell recibió una sentenciada de nueve años de prisión, pena que ahora cumple en la cárcel del condado de Cook.
Impacto y reacciones
Este caso ha generado un considerable interés público debido a la magnitud del robo y la duración del esquema. La falta de control y supervisión en el distrito escolar permitió que Liddell desarrollara su plan sin ser detectada por mucho tiempo.
El caso de Vera Liddell es un recordatorio de cómo, incluso en tiempos de crisis como la pandemia de COVID-19, pueden surgir actos de corrupción y abuso de poder. La sentencia de Liddell envía un mensaje claro sobre las consecuencias de tales acciones, especialmente cuando afectan a recursos destinados a la educación y el bienestar de los estudiantes.