La vida de Riley Horner, una joven de Illinois, cambió drásticamente el 11 de junio de 2019. A los 16 años, durante un baile escolar, otro estudiante cayó accidentalmente sobre ella, propinándole una fuerte patada en la cabeza. Lo que en un principio parecía una conmoción cerebral leve, resultó en una amnesia anterógrada que reinicia su memoria cada dos horas, similar a lo que sucede en la película «50 Primeras Citas».
Una condición rara y difícil de diagnosticar
La amnesia anterógrada es un trastorno de la memoria que impide a una persona formar nuevos recuerdos después de un evento traumático o una lesión cerebral. En el caso de Riley, cada día comienza creyendo que aún es 11 de junio de 2019. «Las personas no entienden, es como una película. No tendré ningún recuerdo de esto cuando llegue la hora de la cena», comenta la joven.
Los primeros exámenes médicos, incluidas resonancias magnéticas y tomografías computarizadas, no detectaron la lesión cerebral traumática que sufría Riley, dejando a los médicos perplejos. Sin embargo, tras meses de incertidumbre, su familia encontró un equipo médico en Utah que realizó pruebas más exhaustivas y descubrió la gravedad de la lesión.
Adaptación y superación: El camino de Riley hacia su sueño
A pesar de su condición, Riley ha demostrado una admirable capacidad de adaptación. Con el diagnóstico adecuado, comenzó un tratamiento en Cognitive FX, un centro especializado en tratamientos post-conmoción cerebral en Provo, Utah. Desde entonces, ha logrado avances significativos, aunque lentos, en la formación de nuevas memorias.
Para organizarse, Riley lleva consigo notas detalladas y fotos, y utiliza alarmas en su teléfono que suenan cada dos horas para recordarle lo que ha olvidado. A pesar de los desafíos, ha cumplido su sueño de estudiar enfermería y ha completado su primer semestre con notas perfectas. Durante una pasantía en el área de Medicina Quirúrgica, Riley demostró ser una excelente enfermera, escuchando atentamente a sus pacientes y anotando todo para revisar más tarde.
Un futuro lleno de esperanza
La recuperación de Riley continúa siendo un proceso en desarrollo. Aunque aún necesita medicación para controlar las convulsiones y es posible que nunca recupere la totalidad de sus memorias previas al accidente, su determinación es inquebrantable. Recientemente, fue aceptada en la Sociedad Internacional de Honor de Enfermería Sigma Theta Tau, un gran honor que resalta su esfuerzo y dedicación.
La familia de Riley sigue buscando respuestas y tratamientos que puedan mejorar su calidad de vida. A pesar de los pronósticos iniciales, Riley ha demostrado que no hay límites para lo que puede lograr.
Con información de Infobae