Manifestantes propalestinos lograron romper una valla de seguridad instalada por la policía cerca de la sede de la Convención Nacional Demócrata en Chicago.
La convención celebraba su primera sesión, mientras miles de personas marchaban por las calles para expresar su rechazo a la guerra en la Franja de Gaza.
Violencia y arrestos durante la protesta
Un grupo más pequeño de manifestantes se separó de la marcha principal, derribando la valla de seguridad. Algunos, vestidos de negro y con el rostro cubierto, arrastraron partes de la valla hasta un parque cercano al United Center, donde se lleva a cabo el evento. La policía arrestó a varios manifestantes que lograron cruzar la cerca. Las autoridades aseguraron que el perímetro interior de la convención no fue violado y que no había amenazas para los asistentes.
Los manifestantes corearon consignas como «Fin a la ocupación ahora» y «Todo el mundo los observa», recordando las protestas contra la Guerra de Vietnam durante la convención de 1968 en Chicago.
En ese entonces, la policía se enfrentó a los manifestantes, y los enfrentamientos fueron transmitidos en vivo por televisión.
Críticas al presidente Biden y la agenda progresista
La marcha coincidió con la visita del presidente Joe Biden al United Center, donde tenía previsto dar un discurso por la noche. Biden ha sido blanco de intensas críticas de grupos propalestinos, incluidos los participantes de la protesta.
Los manifestantes lo acusaron de genocidio, gritando «Biden, no puedes esconderte. Te acusamos de genocidio», y lo apodaron «Joe, el genocida». También lanzaron consignas similares contra la vicepresidenta Kamala Harris.
Los organizadores de la protesta, entre ellos la Coalición para Marchar hacia la Convención Nacional Demócrata, afirmaron que sus planes no han cambiado a pesar de que Biden abandonó la contienda presidencial y el partido se alineó rápidamente en torno a Harris. Los activistas están decididos a amplificar su mensaje progresista frente a la dirigencia demócrata del país.
Presencia policial y organización de la marcha
La marcha estuvo bajo una fuerte vigilancia policial, con el superintendente de la Policía de Chicago, Larry Snelling, realizando un recorrido con un grupo de agentes antes de la llegada de los manifestantes. El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, afirmó que las autoridades estaban bien preparadas para manejar la situación. «La ciudad de Chicago es muy buena para manejar estas cosas», dijo en una conferencia de prensa.
Los organizadores esperaban la participación de hasta 20,000 personas en la marcha, aunque al inicio de la protesta solo había unos cuantos miles. Faayani Aboma Mijana, una de las organizadoras, expresó su orgullo por la participación, destacando el grado de represión por parte de la ciudad. Chicago cuenta con una de las comunidades palestinas más grandes del país, y muchos activistas llegaron en autobuses desde diferentes puntos de Estados Unidos para unirse a la marcha.
Con información de AP
