Se puede decir, sin temor a exagerar, que la pandemia cambió el mundo como se conocía, y una de las tantas cosas que debió asumir la novedad, fue la industria alimentaria, un sector que debe reformarse, para lograr conjugar dos términos muchas veces opuestos: el bienestar y la productividad.
Así opinó Mariela Mociulsky, titular de Trendsity y disertante en el Food Tech Summit, pautado para este 28 y 29 de septiembre en Ciudad de México, quien consideró que la salud ha sido tomada como un elemento preponderante a la hora de comer, obligando al sector a reinventarse.
“Una de las grandes paradojas de nuestra época es que estamos compelidos a respetar dos aspiraciones que proponen búsquedas antagónicas: el ‘wellbeing’ y la productividad. Esto se traduce en la tensión entre cuidarse mediante distintas prácticas y la necesidad de seguir produciendo con energía y eficiencia” dijo en entrevista con el medio Infobae.
Tendencias
La especialista consideró que actualmente existen varias tendencias dentro de la industria, que deben ser estudiadas por los fabricantes, para no quedar rezagados y adaptarse a la nueva demanda post pandemia.
Una de ellas es la “búsqueda de equilibrio personal y planetario”, relacionada con la integración del cuerpo y la mente en materia de salud, que ha llevado al ser humano a “regresar a la naturaleza”, y tomar directamente de ella, lo que más se pueda, es decir la vuelta a lo orgánico, minimalista y simple.
El coronavirus también trajo consigo, según Mociulsky, una preocupación por el futuro, que derivó en la cultura preventiva, una de las grandes señales de alarma, cuando la enfermedad se multiplicaba.
“Se observa en el auge de alimentos funcionales probióticos y fortificados, productos detox, productos que incorporan fibras y proteínas para incrementar la saciedad o para el refuerzo de las funciones cerebrales (omega 9)” expresó.
A causa del Covid19, pero más recientemente de la guerra entre Rusia y Ucrania, se generó otra gran preocupación en las personas a la hora de alimentarse y es “el ahorro del tiempo, la energía y el dinero”.
Cada vez se reducen más las comidas que requieren grandes preparaciones o que toman horas hacerla, y crece el espacio para que aparezcan snacks saludables y las versiones “on the go” de productos elaborados.
Por si fuera poco, el alimento que se consume está segmentado según el momento de la vida, y esta es otra de las grandes tendencias. Han surgido productos de consumo, para mejorar la concentración y bajar el estrés a los niños, regenerar el tejido a las mujeres adultas, entre muchas otras cosas.
Finalmente, expone la titular de Trendsity que los productos por primera vez en mucho tiempo, están siendo “profetas en su tierra” y muchas personas están apostando por lo local y regional, transformando los hábitos alimenticios, en una manera de promover la cultura y el sentido de pertenencia.
“La pandemia aceleró el cambio y se perfiló a un nuevo consumidor más activo en la participación, que crea contenidos y los comparte. La salida de la pandemia hizo crecer a muchas industrias que venían cambiando y se esperaba que iban a crecer en algunos años. El impacto en el mundo de los negocios fue contundente porque impuso condiciones que son desconocidas para la sociedad del siglo XXI, una revolución de la forma de trabajar, de las habilidades requeridas en el futuro”, expresó Mociulsky.
Para la especialista no se trata de un tema estático, sino al contrario, ya que va cambiando constantemente y con una velocidad increíble. Entiende que la cercanía de escasez de algunos productos a raíz de la guerra, puede ser otro elemento fundamental en un futuro próximo, además de los retos que impone un mundo cada vez más sedentario, con el crecimiento de la digitalización.
