El pasado 7 de abril, Archie Battersbee, un chico de 12 años, fue encontrado en su casa en el piso, inconsciente: había realizado el “desafío del apagón”, un peligroso reto de Tik Tok. Desde ese día, el niño tiene muerte cerebral y lo mantienen vivo a través de aparatos conectados en todo su cuerpo.
La justicia británica quiere suspender la medicación y los padres insisten en que le den una oportunidad, librando una batalla legal que podría concluir este martes con la ejecución de la controversial medida, en la que se han involucrado familiares del pequeño, organizaciones religiosas e incluso la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Sin oportunidad
Barts Health NHS Trust (del Servicio Nacional de Salud) del Reino Unido, aseguró a los padres a través de un documento, que entienden la dolorosa situación que atraviesan, pero insistió en que no existe la posibilidad de que se recupere: “queremos asegurarnos de que usted y su familia participen tanto como deseen” concluía el documento.
La decisión de suspender todos los medicamentos e hidratación la había tomado la jueza Emma Arbuthnot el 13 de junio, por pedido de los médicos del hospital Royal London Hospital, donde es atendido, y a pesar de los esfuerzos de Dance y Paul Battersbee, padres de Archie, fue ratificada por el tribunal de apelaciones el 15 de julio.
Dando batalla
La madre del pequeño aseguró que no se rendirá, e insistió en que “imponer” la muerte de Archie y “acelerarla” es “profundamente cruel”, subrayando que seguirá luchando por todos los medios para que su hijo siga recibiendo tratamiento.
En la batalla se ha involucrado inclusive el Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, como han calificado al menor de 12 años, los abogados de los padres, ente que pidió que se paralice la suspensión mientras estudian el caso.
Edward Devereux, uno de los asesores legales de la familia, insistió en que el documento sea tomado en cuenta por ser “vinculante” según el derecho internacional, sin embargo nuevamente los jueces señalaron que la medida se puede ejecutar a partir de este martes 2 de agosto al mediodía.
Para la madre del pequeño, el poder judicial debió tomar en cuenta además las creencias religiosas de la familia, que consideran la medida como eutanasia, algo contrario al cristianismo, sin embargo la justicia asegura que no es fundamento suficiente en el caso.
"No creo que me esté aferrando a la esperanza, solo estoy pidiendo un tiempo realista para que mi hijo se recupere de una lesión cerebral”, dijo la madre, quien aseguró que su lucha se ha extendido por meses, ya que buscaban desconectarlo desde el tercer día del accidente.
Peligro de las RRSS
Aunque el martes se conocerá el destino de Archie Battersbee, el niño de 12 años no es el primer caso de lesiones graves o muertes de pequeños por seguir retos virales a través de las redes sociales.
El “blackout challenge” o “desafío del apagón”, que instaba a los menores a cortarse la respiración con un cinturón para verificar cuánto tiempo resistían sin respirar, dejó con muerte cerebral a Archie y causó la muerte de al menos cuatro menores oriundos de Venezuela, Italia, Estados Unidos y México, como se informó en medios locales.
Por su parte el “rompecráneos” de Tik Tok, dejó sin vida al menos a dos menores: uno en Reino Unido y otro en Brasil. El “juego” consistía en que tres personas saltaran a la vez en fila, pero el del medio recibía zancadillas que lo tiraban de espalda al suelo, ocasionando en muchos casos traumatismos severos.
Otro reto que ocasionó la muerte de un adolescente estadounidense de 15 años, fue el “Benadryl challenge”, que instaba a los usuarios de la red a que consumieran el antialérgico, para lograr una sensación de excitación.
Expertos en psicología aseguran que para evitar que esto ocurra no es suficiente revisar continuamente las redes sociales de los menores, sino que hay que trabajar en su autoestima, la comunicación en el hogar y hablar continuamente con ellos sobre los peligros de estos retos virales.