12 miembros de la tripulación del avión venezolano-iraní de la compañía Emtrasur, detenido en el aeropuerto de Ezeiza en Argentina, podrán volver a salir del país, y siete continúan con prohibición de salida mientras que siguen las investigaciones del caso.
La medida corresponde a una decisión del juez federal que lleva la causa, Federico Villena, en la que se específica que las personas que no podrán dejar el país son el piloto del avión, el iraní Gholamreza Ghasemi, otros tres tripulantes de la misma nacionalidad, y tres miembros venezolanos.
Se pudo conocer que, en el caso del piloto, el FBI de los Estados Unidos lo había relacionado supuestamente con Al Quds, el brazo internacional de la Guardia Revolucionaria Iraní, un cuerpo acusado de organizar atentados terroristas en distintos países, entre ellos, la explosión de un coche bomba en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de Buenos Aires, ocurrido el 18 de julio de 1994, que con 85 muertos y más de 300 heridos es el más letal de la historia en el país.
Mohammad Khosraviaragh y Saeid Vali Zadeh, por su parte, seguirán detenidos porque hasta el momento no se han podido traducir las conversaciones en farsí. El Gerente General de Operaciones de Emtrasur, Víctor Manuel Pérez Gómez permanecerá en Argentina por un supuesto nexo con un hombre de Hezbollah y por el cargo que ocupa en la empresa.
A Mario Arraga Urdaneta (Gerente de Administración de Emtrasur) también se le prohibió la salida del país por la relevancia de su cargo para la investigación, junto José Gregorio García Contreras quien supuestamente envió y recibió mensajes comprometedores sobre un supuesto tema “top secret”, además de mostrar alivio porque no se encontró nada en el avión.
Las personas que fueron liberadas en la acción del juez Villena fueron Mahdi Mouseli, Victoria Valdiviezo Marval, Cornelio Trujillo Candor, Vicente Raga Tenias, José Ramírez Martínez, Zeus Rojas Velásquez, Jesús Landaeta Oraa, Armando Marcano Estreso, Ricardo Rendon Oropeza, Albert Gines Pérez, Ángel Marín Ovalles y Nelson Coello.
Retención
Antes de ser retenida por la justicia argentina, la aeronave arribó al país desde México y llegó al aeropuerto Internacional de Ezeiza el 6 de junio, donde permaneció dos días, antes de despegar a Uruguay, donde no se le permitió el acceso al espacio aéreo, después de que Paraguay alertara que se trataba de una nave perteneciente a una filial de Conviasa, empresa que junto a Emtrasur, está sancionada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Por no poder cargar combustible por la negativa de las petroleras argentinas de venderle por temor a las sanciones, el avión estuvo detenido en el país, hasta que el 11 de junio se ordenó su retención y la prohibición de salida de los tripulantes.
Sin pruebas
Después de casi dos meses, las pruebas en contra de la tripulación no han sido suficientes para que se retengan por más tiempo los pasaportes de 12 personas, a pesar de que la fiscal de la causa, Cecilia Incardona, instó a la justicia a que nadie pudiera salir del país.
A pesar de los esfuerzos de un grupo, el cargamento tampoco pudo ser retenido, y se liberaron oficialmente las autopartes que trasladaban en el avión desde México, que al parecer iban dirigidas a una compañía tercerizada de Volkswagen.
Sólo eso y equipos electrónicos personales de la tripulación, fueron encontrados dentro de la aeronave en al menos dos revisiones exhaustivas.
El Boeing 747 Dreamliner sigue retenido, a pesar de que los equipos defensores de la tripulación y la compañía Emtrasur habían solicitado su liberación, como se conoció de manera extraoficial en medios locales, argumentando que “carece de interés para la investigación tras los allanamientos e inspecciones realizadas”.
Sólo un día después de la retención, el ministro de Seguridad de Argentina, Aníbal Fernández, había asegurado que ninguno de los tripulantes estaba en la lista roja de Interpol, ni tampoco eran miembros de la Fuerza Quds, salvo una coincidencia en el nombre del piloto, por lo que no había razón para impedir su salida del país.
Por su parte el gobierno de Irán dijo que “la medida de Argentina era parte de una campaña de ‘propaganda’ contra Teherán en medio de las tensiones con los países occidentales sobre las negociaciones para revivir un acuerdo nuclear de 2015.” como señaló el portal Israel Noticias.
Hasta ahora los gobiernos de Argentina ni de Venezuela se han manifestado al respecto, salvo una comunicación de la Cancillería emitida en Caracas, en la que se plantea el riesgo en el que puso Uruguay a la tripulación, al negarles el acceso a su espacio aéreo, ya que viajaban con muy poco combustible.
