Suena la música dramática, un inicio de órgano precede a la rubia crucificada en una estructura metálica que se levanta como la propia cruz de Jesús en el Calvario, con la corona de espinas y una gota de sangre que parece correr por su frente: “tengo un cuento que contar/ a veces se vuelve tan difícil ocultarlo/ no estaba lista para la caída” comienza cantando. Demasiado irreverente, demasiado provocadora, demasiado Madonna.
Corría el año 2006 y el Confessions Tour llegaba a Londres. Iban a grabar un DVD, el público gritaba… era épico: era ella.
“La reina del Pop” cumple hoy 64 años, y aunque su fama no es tan burbujeante y sus canciones no suenan ya tan polémicas, el camino está hecho, las puertas se abrieron, la huella es indeleble: Desde hace décadas murió la cantante y nació la leyenda.
La pesadilla de un “sueño”
Madonna Louise Ciccone nació el 16 de agosto de 1958 en Bay City, Michigan. Hija de padres inmigrantes de Pacentro Italia, resaltó desde chica entre el resto de los mortales, por un “particular” nombre de nacimiento que significa “la Virgen María”, derivado de “mia donna”. La primera de las ironías en su peculiar existencia.
Perdió a su madre de cáncer cuando sólo tenía seis años, y su padre se casó de nuevo y tuvo dos hijos más, que sumados a cinco hermanos dejaban un total de ocho pequeños que mantener. Demasiada gente, demasiada carencia.
Desde chica siempre quiso llamar la atención y oponerse a lo convencional, conducta especialmente escandalosa en las escuelas católicas en las que estudiaba, y la formación dentro de esta religión, que reinaba en la casa de los inmigrantes italianos.
Comenzar su carrera no fue fácil. Después de infinitas peleas con su padre, quien insistía en imponer disciplina a la antigua, se fue muy joven de casa hasta la ciudad de Nueva York, a seguir su sueño.
Pero el sueño fue, al principio, una especie de pesadilla: “el primer año, me amenazaron con un arma. Me violaron en el techo de un edificio al que fui arrastrada con un cuchillo en la espalda. Robaron en mi departamento tres veces. No sé por qué, no tenía nada de valor luego de que se llevaron la radio la primera vez”, reconoció en una entrevista cruda que sólo refuerza la imagen de su carácter e inquebrantable determinación.
Llega el éxito
Después de sufrir mil penurias, y sin twitter, ni Instagram, ni Facebook, tuvo la oportunidad de su vida a los 24 años, cuando firmó para hacer un single con Sire Récord en octubre de 1982. La chica a la que pocos apostaban, logró varios éxitos sueltos, y en 1983 su disco Madonna. Nacía una estrella.
El “tusnami” de la “reina del pop” no paró desde ese momento, y su fama creció como la espuma. Los éxitos no pararon de llegar, y las listas se llenaron de temas como “material girl”, “Like a virgin”, “Like a prayer”, “Holiday”, “Vogue”, “Papa don´t preach”, “American Pie”, “La isla bonita”, y un muy largo etcétera.
Leyenda
Analistas y sociólogos coinciden en que el impacto de Madonna va mucho más allá de su música, pues se transformó en una figura atemporal, irreverente, provocadora y audaz, que dio un nuevo significado a la fama de la época, y que de alguna manera conjugó una teoría tácita sobre cómo impactar en la cultura pop.
Su manera de ver el mundo y una posición “antisistema” que supo explotar como nadie, hicieron de la mujer una leyenda. Habló por primera vez del sexo de manera abierta, horrorizó a los representantes de la iglesia, y no tuvo (ni tiene) reparo en opinar con vehemencia sobre política.
“Madonna abrió con su carrera una conversación libre acerca del sexo, la sensualidad y la libertad de expresión; permitiendo a las mujeres dentro y fuera de la música, ser irreverentes ante un sistema que buscaba encasillarlas. Tal como una corriente artística, o un movimiento social, ‘Madame X’ provocó a la iglesia y a los conservadores, se enfrentó a los gobiernos censuradores y opresores, e hizo inevitable para el público tomar lecciones de la ocupación femenina en la industria del entretenimiento” escribió el periodista Sebastían Cabrices para la revista Vogue, al celebrarse sus 62 años.
Esta mujer de apenas 1,64 metros de estatura, se convirtió en un mito atemporal y universal, cuyos rasgos distintivos se consiguen en todas las cantantes que vinieron después de ella: Britney Spears, Christina Aguilera, Lady Gaga, Ariana Grande, Demi Lovato, Taylor Swift; Kelly Clarkson, Jennifer López, e inclusive en divas latinas como Shakira, Paulina Rubio, Belinda, parte de una lista tan larga como la carrera de la intérprete de “Like a Virgin”.
A sus 64 años Madonna ha hecho de todo: cantado, actuado, recibido la excomulgación de la iglesia católica, desafiado gobiernos, ha sido expulsada de países, besó a Britney Spears, Aguilera y Ariana Grande; ha tenido relaciones tormentosas, prestado su imagen desnuda para obras de arte, ha tenido seis hijos, escribió un libro sobre sexo con imágenes explícitas, ha sido adorada y odiada, pero sobre todo ha definido para siempre la concepción moderna de la fama.
