“ARGENTINA, ARGENTINA, ARGENTINA” gritaban al unísono los estudiantes de un colegio, cada vez que la selección metía un gol a Arabia Saudita, en el último juego amistoso de la “Scaloneta”, antes del Mundial Qatar 2022.
Las clases se suspendieron y todos los niños vestidos con la albiceleste, se reunieron en la plazoleta central de la estructura colonial de la escuela, en la que se dispuso de un televisor, para que pudieran ver a sus ídolos serpentear por el césped, en una danza que eriza de emoción la piel de los argentinos.
Evitan decir que van a ganar: es fundamental alejar la “mufa”, una especie de mala suerte tácita, que se atrae con el solo hecho de mencionar la palabra “campeones”. El pecado que revierta las posibilidades, nadie lo quiere cometer, sobre todo en la última oportunidad de la estrella Lionel Messi, de levantar la Copa del Mundo.
Argentina está encendida de pasión. La melancolía tradicional de la tierra del tango se dibujó de blanco y celeste y la gente en la calle está feliz. Se respira, se siente, se huele y hasta se come fútbol.
Los helados de una famosísima franquicia se tiñeron de azul claro. La bandera es una muletilla incesante en casas, edificios, comercios, ropa… y básicamente cualquier cosa que se pueda pintar, decorar o adaptar; las posibilidades son infinitas.
La camiseta de la selección no cuesta menos de 29.000 pesos (unos 100 dólares al cambio no oficial) pero las opciones sobran. Miles de réplicas se multiplican en todos los comercios y entre ellas se pueden conseguir incluso tres versiones que varían en calidad y precio.
Las plazas están repletas de niños y adultos uniformados con la albiceleste, como actores de un musical que en cualquier momento inesperado podrían comenzar a cantar, alguna de las tantas melodías que han salido de la selección.
El álbum que desató la locura
La fiebre del mundial en Argentina parece estar al tope, sin embargo no es algo tan nuevo, desde hace meses el país suramericano se prepara para este magno acontecimiento, en especial los comerciantes.
El álbum de Panini fue la primera señal de la, muchas veces incomprendida, obsesión con el fútbol, un deporte que internamente mueve millones de pesos en ganancias e incontables lágrimas de emoción y tristeza.
Los niños y muchos adultos, invierten horas de su semana en cazar el librito de papel glasé que era la locura para quien pudiera acceder a él.
El tema de escasez fue tan álgido, que motivó a una reunión entre el Gobierno, los representantes de Panini y los llamados “kiosqueros” (propietarios de puestos de revistas que se multiplican por cada ciudad del país).
Por el movimiento de funcionarios públicos para tratar un asunto no tan importante en otras naciones, la reunión fue publicada en cientos de medios a nivel mundial, que resaltaban la extravagancia de una pasión difícil de entender para el foráneo.
Aún, meses después, en la mayoría de las ciudades del país es difícil conseguir el álbum Panini y los sobres con cromos mucho más, sobre todo al precio oficial, ya que suelen venderlos hasta en tres veces su valor real.
Los jueves y sábado llegan a los kioscos, y desde las 7:00 de la mañana la gente hace fila para las figuritas, una hora demasiado temprana para un país cuyo comercio se activa a las 9:00 am.
Y la obsesión continúa. Los miércoles se reúnen en plazas públicas para hacer cambios. Con listas enormes a mano o en los celulares, las personas de todas las edades se acercan unas a otras a reemplazar los stickers, en un momento de absoluta democracia, en el que lo único que da estatus es el cromo que tengan en las manos.
En todas partes
En Argentina los colegios se suman a la fiebre del mundial, y todos los padres parecen celebrarlo. Desde hace un par de semanas es normal ver chicos que han cambiado los uniformes de la escuela por los de la selección, para hablar de fútbol, grabar videos alentando a la Scaloneta, o simplemente reunirse a pegarle a la pelota, con el sueño de ser algún día quien levante la copa.
En muchas instituciones, cuando debute la onceava de Messi ya se anunció que no habrá clases. Durante esos 90 minutos se sentarán todos juntos a ver el partido inaugural de un sueño intacto, con la sensación de que los gritos traspasarán las pantallas y resonarán en Qatar.
Pasión… y dinero también
Detrás de una pasión real, las oportunidades han crecido y Argentina ha visto un repunte en la venta de artículos relacionados con el Mundial de Qatar, moviendo un poco a una de las economías más inestables de América Latina.
“Según los últimos datos oficiales, el consumo privado se incrementó 10,7% anual en el segundo trimestre de 2022, alcanzando el máximo valor desde igual período de 2018, cuando se celebró el Mundial de Rusia de 2018”, señala la página web Chequeando, en un artículo publicado recientemente, en el que cita a la consultora Ecolatina.
Señala la nota que los sectores que más se han visto beneficiados han sido los de electrodomésticos, ya que ha aumentado la venta de televisores, y crecido el número de empleos en este rubro, aunque aclara que no se le puede relacionar de manera directa con la Copa del Mundo.
Resaltan que “La compra de televisores, uno de los productos más buscados en la previa al mundial que aumentó en el segundo trimestre un 12,7% con relación a igual período del año 2021 y un 21,7% sobre los datos de 2020, el período de mayor impacto de las medidas implementadas para paliar el avance del COVID-19”.
Además la camiseta oficial de Argentina, producida por Adidas, es la segunda más vendida de todas con 1,8 millones de unidades, sólo superada por la de España, que ha vendido 2,1 millones.
Igualmente, y a pesar de la inflación, ha aumentado la venta de comidas que típicamente acompañan a los argentinos durante los juegos, como es el caso de la carne para el tradicional asado, la picada (un especie de muestras de quesos y charcutería), y la yerba mate, la bebida más tradicional del país sureño.
Para seguir sumando, la mayoría de las empresas han enfocado sus campañas publicitarias al mundial, desde Coca Cola que se asoció con Panini y trae figuritas detrás de la etiqueta, hasta la mega franquicia de helados Grido con sus productos albicelestes, la cerveza Quilmes con una de las publicidades más memorables, productos financieros como Naranja X, y una lista casi interminable.
Por si fuera poco cientos de artistas han dedicado canciones a la selección de Argentina de Messi, entre ellos Viraliza2 con “la Scaloneta a Qatar”, La Chispa con “en Argentina nací”, “La Scaloneta” de Númada, “Como en el 86” de Football Chants, “Brasil decime que se siente” de Banda Mundial, “Lionel, esta copa te la mereces” de Gonzalo Gaitán, y “Muchachos hoy nos volvimos a ilusionar” solo por mencionar algunas.
Entender la pasión de los argentinos por su selección no es tarea sencilla, pero hay destellos que dan luces, como la satisfacción de redimir a su país con una goleada a Inglaterra por parte de Maradona en 1986, poco después de haber perdido con el mismo país la Guerra de Las Malvinas, o las tardes de asado alrededor de un televisor que diluyen por 90 minutos los problemas familiares.
Por ahora los argentinos siguen evitando decir la palabra que traiga mala suerte, en las escuelas las áreas comunes gritan gol, las paredes se dibujan de celeste y blanco, y crece en los corazones el sueño de que Messi les regale la alegría de saberse Campeones.