Investigadores de la Universidad Estatal de Florida, en Estados Unidos, aseguran que la pandemia por COVID-19 afectó, no solo la salud de las personas a escala global, sino también su personalidad: el miedo y la preocupación se multiplicaron de forma alarmante y sus características más frecuentes son el estrés y los trastornos de ansiedad.
El estudio -publicado esta semana en la revista especializada Plos One- observó que “los adultos más jóvenes se volvieron más malhumorados y más propensos al estrés. En contraposición, menos cooperativos, menos confiados, menos comedidos y menos responsables”.
Para el trabajo se utilizaron evaluaciones de personalidad de 7.109 individuos a quienes se aplicó una prueba que medía cinco rasgos: neuroticismo, extroversión, apertura, amabilidad y escrupulosidad.
Los participantes, todos entre 18 a 109 años, se hicieron las pruebas antes de la pandemia, al principio y después de la pandemia, con un promedio de tres pruebas por participante.
“Hubo un cambio de personalidad limitado al principio de la pandemia, pero cambios sorprendentes a partir de 2021. La personalidad de los adultos jóvenes fue la que más cambió, con aumentos marcados en el neuroticismo y disminuciones en la amabilidad y la escrupulosidad”.
Los investigadores continuarán monitoreando la cohorte para ver si los cambios de personalidad son temporales o más duraderos.
Para el profesor Wiebke Bleidorn, psicólogo de la Universidad de Zúrich, quien no participó en la investigación, aseguró que “una interpretación es que no tener las experiencias formativas normales detiene el desarrollo. Será interesante ver si estos rasgos se recuperan”.
Es de destacar que ya en 2013 -seis años antes de que emergiera la pandemia por coronavirus- la Asociación Estadounidense de Psiquiatría había adoptado formalmente el término “trastorno de ansiedad por enfermedad” para describir a las personas con preocupaciones desproporcionadas y debilitantes sobre su salud.rmedad? Lánzate a nuestro portal en internet.
