El periodista australiano Julian Assange, fundador de la empresa informática y periodística WikiLeaks, será enviado a Estados Unidos para ser juzgado por presuntos delitos que podrían llevarlo a morir en prisión, luego de que la ministra británica del Interior, Priti Patel, firmara la orden de extradición del comunicador.
Assange ha estado en manos del Reino Unido desde el 11 de abril de 2019, cuando el exmandatario de Ecuador Lenin Moreno le retirara el asilo político que le otorgara el presidente Rafael Correa, tras solicitar refugio en la embajada ecuatoriana en Londres el 19 de junio de 2012.
Estados Unidos solicitó a los británicos la extradición de Assange, acusándolo de unos 18 delitos, sobre todo de espionaje, por haber ingresado a las cuentas digitales de varias instituciones del gobierno estadounidense y distribuido mundialmente información significativa que revela injerencias y otros numerosos crímenes de Washington y sus aliados.
La información que obtuvo WikiLeaks y que filtró a decenas de medios de difusión de mensajes del mundo revelan como soldados de Estados Unidos acribillan a gente desarmada -incluyendo a periodistas- además de violaciones de los derechos humanos en Irak y Afganistán por parte de EE.UU..
También con los documentos descubiertos por Assange y su equipo informático se pudieron conocer correos del director de la CIA en los que habla de tortura, el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU, así como maltratos a los presos de Guantánamo y Abu Ghraib.
Desde abril de 2019 hasta el el pasado 20 de abril se esperaba una decisión que impidiera la extradición, pero un juez de un tribunal británico emitió una orden de entrega del periodista australiano a EE.UU para ser considerada por el Gobierno del Reino Unido, tal como lo hizo.
“En virtud de la Ley de Extradición de 2003, el ministro del Interior debe firmar una orden de extradición si no encuentra argumentos para prohibir que se emita la orden”, indica un comunicado del ministerio.
WikiLeaks manifiesta que es “un día negro para la libertad de prensa y la democracia británica” y ha confirmado la presentación de un recurso de apelación que probablemente retrasará el proceso unos 14 días más, por lo menos.
“Julian no hizo nada malo. No ha cometido ningún delito ni es un delincuente. Es un periodista y un editor, castigado por hacer su trabajo”, lamentó la esposa de Assange, Stella.
“Patel (la ministra de Interior) será recordada como cómplice de EE.UU en su agenda para convertir el periodismo de investigación en una causa penal”, sentenció.