El gobierno de Qatar detuvo y deportó a 60 trabajadores extranjeros que participaron en una protesta porque se les adeudaba más de siete meses de salarios, así informaron activistas de Equidem, una organización de derechos laborales que hace vida en el país.
Las manifestaciones se produjeron a solo tres meses del inicio del Mundial de fútbol en las puertas de Al Bandary International Group, una de las empresas responsables de construir los hoteles para recibir a los turistas que asistirán al Mundial de Fútbol Qatar 2022.
“Por lo que sabemos, las autoridades han decidido deportar a todos los que estaban en la protesta”, afirmó el director ejecutivo de Equidem, Mustafa Qadri. “Estos trabajadores están protestando porque su empleador no les ha pagado” acotó.
Por su parte, un funcionario del gobierno de Qatar señaló que los trabajadores habían sido detenidos por “infringir las leyes de seguridad pública”. Además acotó que los salarios adeudados estaban siendo pagados por el Ministerio de Trabajo.
La empresa responsable de los retrasos en los pagos, también será investigada por las autoridades del gobierno qatarí, y señalaron que tomarán medidas para que las empresas cumplan con los pagos de los trabajadores.
Qatar tiene la particularidad de ser un pequeño país de 2.8 millones de habitantes, de los cuales, 1.7 millones son trabajadores extranjeros, y entre los acuerdos de la FIFA con las autoridades locales, destaca el respeto por los derechos laborales de los trabajadores que van a acometer las obras para el Mundial.
La FIFA no se ha pronunciado con respecto a este caso, sin embargo Mindy Worden, Directora de iniciativas globales de Human Rights Watch, señaló: “todos estos abusos son profundamente opuestos a la imagen de la Copa del Mundo como una brillante celebración de la humanidad”.
Las condiciones laborales en Qatar son particularmente adversas por las inclemencias climáticas con temperaturas que oscilan entre los 30-35°C en medio del desierto.
El inicio del Mundial de fútbol será el 20 de noviembre y se espera que el evento deportivo más importante del mundo pueda atraer a más de 5.000 millones de espectadores en el mundo.