Este 6 de julio se celebra el Día Internacional del Beso Robado, una conmemoración que tomó fama en 2006; aunque es de origen desconocido, se celebra en Gran Bretaña desde el siglo XIX.
En inglés se le conoce como Kissing Day, y a través de este día se busca resaltar los beneficios de besar.
Esta fecha no se debe confundir con el Día Internacional del Beso, fijada el 13 de abril, aunque a final de cuentas el objetivo de ambas celebraciones es muy similar, propagar amor en el mundo y recordarnos los múltiples beneficios que trae a nuestra vida el besar.
Aunque no se conoce el verdadero origen de la celebración, sí se sabe que el beso robado más famoso de la historia, es el representado en la famosa fotografía de Alfred Eisenstaedt.
Se trata del retrato de un beso robado que le ha dado la vuelta al mundo; en ella se aprecia a un marinero que le da un apasionado beso a una enfermera en el Times Square, el 14 de agosto de 1945, fecha en la que se declaró la victoria estadounidense ante Japón en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
Incluso, el Día Internacional del Beso Robado, es una buena excusa para que muchas personas tomen valor y decidan darle un beso a la persona que han deseado desde hace tiempo, pero que no han tenido el suficiente coraje para declararse.
En La Mosca queremos aprovechar la fecha para recordar que el beso tiene beneficios importantes para la salud, pues ayuda a reducir la presión arterial, disminuir el colesterol en sangre, quemar calorías, aliviar el estrés, combatir el dolor y disparar la endorfina en nuestro organismo.
El beso no puede verse solo como un simple acto erótico. Esta antigua práctica representa un excelente ejercicio que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, además de crear vínculos afectivos entre las personas.
Es tan alto su poder que, de acuerdo a ciertos estudios realizados por especialistas en la materia, el beso puede compararse a una droga natural, ya que provoca en los individuos un incremento de la oxitocina, la hormona responsable de generar cambios físicos y neurológicos como el placer, el enamoramiento y todo lo vinculado a la afectividad.
En otras palabras, el beso puede representar un acto definitorio de éxito o fracaso entre los amantes. Sin él, no están presentes el deseo, la pasión y el amor por el otro.
Redacción LMN