La Comisión Nacional de Sanidad de China anunció un nuevo plan de vacunación de segunda dosis de refuerzo contra el Covid-19, a personas mayores de 60 años y grupos vulnerables, ante la explosión de contagios en el país asiático.
Esta nueva jornada de vacunación tiene como propósito aumentar la inmunidad a los grupos con alto riesgo de infección, personas con un sistema inmunitario débil o con enfermedades graves, y a los mayores de 60 años.
El ente de salud chino resaltó que para optar a esta vacuna, se debe pasar seis meses entre la primera dosis de refuerzo y la segunda.
Analistas internacionales prevén que la cifra de muertes podría alcanzar el millón de personas, si no se amplía la protección inmunitaria. Aunque la mayor parte de la población china está vacunada, millones de ciudadanos de la tercera edad, no han recibido una dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus.
Los estudios demuestran que las vacunas chinas son eficaces para prevenir la hospitalización y la muerte, pero requieren al menos tres dosis para ser plenamente efectivas.
En las últimas semanas, la prensa oficial publicó varios reportajes minimizando el riesgo de la variante ómicron, un giro de argumento a su política implementada de “cero covid”, vigente desde hace casi tres años.
Entre los cambios más significativos en la relajación de esta política “cero covid” están que las personas positivas de coronavirus que presentan síntomas leves, puedan recuperarse en su casa, en lugar de ser obligadas a ingresar a uno de los hospitales de campaña.
En el caso de diagnosticados, los confinamientos se limitarán a edificios o pisos de apartamentos específicos. Anteriormente, dichos confinamientos abarcaban comunidades, distritos e incluso ciudades enteras.
Sin embargo, según una investigación financiada por el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, el país necesita desplegar rápidamente las vacunas de refuerzo y los medicamentos antivirales, así como mantener algunos controles para bajar los decesos por esta pandemia.
De acuerdo con el estudio, China puede reducir el número de muertes durante la fase de reapertura a 448-530 personas por millón. Dado que la población de ese país es de 1.400 millones de personas, el modelo implica un escenario de 627.200 y 742.000 muertes aproximadamente.