Día para la Prevención del Suicidio: Hablar para prevenir

Foto: La Mosca News

El suicidio es un problema de salud pública importante pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes. Difícil de asimilar y difícil de contar.

Los pensamientos suicidas son complejos y las circunstancias que conducen al él son numerosas. No existe un enfoque único que funcione para todos.

Lo que sí ha quedado claro a través de diferentes estudios es que hay ciertos factores y eventos de la vida que pueden hacer que alguien sea más vulnerable al suicidio y que las condiciones de salud mental como la ansiedad y la depresión, también pueden ser un factor contribuyente.

Cada 10 de septiembre se conmemora en todo el mundo el Día Internacional para la Prevención del Suicidio, con el objetivo que los gobiernos implementen y promuevan medidas prácticas para su prevención, siendo el lema de este año “Crear esperanza a través de la acción”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha calificado como la epidemia del siglo XXI ya que cada año, alrededor de 700 mil personas se quitan la vida, lo que equivale a una persona cada 40 segundos. Además, por cada muerte por suicidio se estima que hay 20 intentos más.

El máximo organismo de la salud afirma que la causa principal del suicidio son los trastornos mentales, especialmente vinculados con la depresión, aunque existen otros elementos a tomar en cuenta en el ámbito laboral, ambiental, social y biológico.

Especialistas del tema destacan que un factor determinante en estas muertes durante estos dos años, fue el efecto negativo de la pandemia de la Covid-19 en su momento cúspide, ya que las medidas de aislamiento en la población, la sensación de peligro, incertidumbre y otros factores provocaron que la salud mental de muchas personas se viera afectada.

Hablar para prevenirlo

En febrero de 2020 Japón nombró a su primer ‘ministro de la soledad después de que la tasa de suicidios del país aumentara durante la pandemia por primera vez en 11 años. “Espero realizar actividades para prevenir la soledad social y el aislamiento y proteger los lazos entre las personas”, afirmó Tetsushi Sakamoto en la rueda de prensa de presentación.

Las personas con tendencias suicidas pueden sentirse atrapadas o pensar que representan una carga para sus amigos, familiares y quienes las rodean. Por lo tanto, sienten que están solas y que no tienen otras opciones. Por esto, hablar del tema es fundamental en la tarea de prevenir el hecho.

Una conversación adecuada y oportuna puede ser un recurso de gran ayuda para alguien que esté teniendo pensamientos suicidas porque ayudaría a reducir la sensación de impotencia, soledad y aislamiento.

Las estadísticas sobre el suicidio son una primera fuente para los Gobiernos y organismos de salud pública para implementar campañas educativas para su prevención. Hablar del tema, implica brindar las condiciones necesarias por especialistas para establecer una conexión a la prevención del comportamiento de riesgo suicida.

Señales de alerta

No siempre puedes saber cuándo un ser querido o un amigo está pensando en suicidarse. Sin embargo, estos son algunos signos frecuentes:

  • Hablar acerca del suicidio; por ejemplo, hacer afirmaciones como «voy a matarme», «quisiera estar muerto» o «desearía no haber nacido»
  • Retraimiento de la vida social y deseo de estar solo
  • Tener cambios de humor, como pasar de estar eufórico un día a estar profundamente desalentado al otro
  • Preocuparse por la muerte, por el hecho de morir o por la violencia
  • Sentir desesperanza o impotencia ante una situación
  • Aumentar el consumo de alcohol o de drogas
  • Sufrir cambios en la rutina normal, por ejemplo, cambios en la alimentación y en los horarios de sueño
  • Despedirse de las personas en un tono definitivo

¿Qué personas podrían tener un mayor riesgo de cometer suicidio?

Existen varios factores que podrían influir a la hora de intentar o consumar un suicidio, aunque el hecho de que estén presentes no quiere decir que vaya a ocurrir. Los más frecuentes son:

  • Haber tenido un intento de suicidio previo
  • Antecedentes de depresión o de otro trastorno mental
  • Abuso de drogas o alcohol
  • Antecedentes familiares de suicidio o violencia
  • Padecer una enfermedad física o tener desesperanza
  • Antecedentes de abuso sexual en la infancia
  • Tendencias impulsivas o agresivas

La importancia de aprender a conectarse con el sufrimiento ajeno, permitirá que el afectado exprese sus sentimientos a través de la escucha solidaria, aumentando la confianza para abordar el tema y salir de ese momento de depresión.

Hoy, más que nunca, es necesario articular los esfuerzos para promover el bienestar físico y la salud mental.

Redacción
Redacciónhttp://lamoscanews.com
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