Luiz Inácio Lula da Silva, de 76 años, se impuso en las mega elecciones de Brasil celebradas este domingo, pero la sorpresa resultó ser Jair Bolsonaro, quien logró acumular más votos de los que previeron las encuestas, para ir a balotaje.
Después del 98.35% de los votos escrutados, el expresidente y líder del partido de los trabajadores acumuló un 48,07% de los sufragios, mientras que el actual presidente sumó un total de 43,51% de las voluntades.
Otra de las sorpresas de este domingo, fue el tercer lugar alcanzado por la senadora del centroderechista Movimiento Democrático Brasileño (MDB), Simone Tebet, quien obtuvo el 4,19% de los votos, por delante del centroizquierdista y exministro de Lula, Ciro Gomes (3,05 %).
Esta situación plantea un nuevo panorama en la tensa carrera hacia la presidencia del país más grande de sudamérica, que desde ahora muestra un panorama complejo, independientemente de quien gane, por la gran polarización que vive la nación.
Alexandre De Moraes, presidente Tribunal Superior Electoral de Brasil, señaló que la abstención fue la usual en estas contiendas, pues se ubicó en 20,85%; sin embargo los votos en blanco se redujeron a un mínimo histórico.
La segunda vuelta en la carrera presidencial está pautada para el 30 de octubre, y allí se definirá el destino de Brasil, si se consolida un giro a la izquierda con la victoria de Lula Da Silva, o si permanece en la ruta del ultraderechista Bolsonaro.
Para el analista político Oliver Stuenkel, el resultado de las elecciones debe ser estudiado con cuidado por ambos candidatos, ya que de ganar el ex presidente, tendrá que enfrentar una fuerte oposición en el Congreso y el Senado.
Sorpresas
En estos comicios se escogían además 513 diputados, un tercio de los senadores, gobernadores, y cientos de diputados.
En Sao Paulo, Minas Gerais y Rio Janeiro, los tres estados más poblados, ganaron candidatos a gobernador aliados de Bolsonaro, y solo en Sao Paula habrá balotaje, en los otros dos los bolsonaristas alcanzaron más del 50%.
El actual mandatario iba punteando el conteo, hasta que pasado el 70% Lula lo superó en votos, lo que lo consolida como favorito para tomar las riendas de Brasil, después de una carrera marcada por la violencia política, el ataque sistemático del actual mandatario, y un increíble regreso a la política del líder del Partido de los Trabajadores.