Una biografía del rey Carlos III de Inglaterra, que se publicará el próximo 8 de noviembre, confirma que el matrimonio infeliz de Carlos y Diana era tan inestable que los oficiales de protección real estaban preocupados de que alguien saliera en algún momento lastimado.
‘’El rey: la vida de Carlos III'', escrito por el periodista estadounidense Christopher Andersen, revela detalles desconocidos de la personalidad del hombre que repentinamente se convirtió en monarca por la muerte de su madre, Isabel II, el pasado 8 de septiembre.
Además, analizará lo oscura que se convirtió la relación entre Carlos y Diana cuando ella entendió que él no estaba enamorado y que el cuento de hadas prometido nunca fue real debido al amor evidente que el ahora monarca sentía por Camilla. ‘’Uno de los ayudantes de Carlos recuerda haber visto a Diana descalificar a su marido y burlarse de su obsesión por la monótona Camilla’’, revela una parte de la biografía.
Sin mencionar el nombre del ayudante de cámara real, el biógrafo escribió que Diana perseguía a su esposo por los pasillos, escaleras y de habitación en habitación en Highgrove House. ‘’¿Por qué no te acuestas conmigo?’’ le preguntó Diana a su marido, quien había puesto fin a su relación sexual desde el nacimiento del príncipe Harry en 1984. A lo que Carlos le respondió: ‘’No lo sé, querida. Creo que podría ser gay’’.
Según el libro, durante una de las fuertes discusiones, Carlos exigió el respeto que él consideraba merecía. ‘’¿Sabes quién soy?’’, le preguntó a su esposa. ‘’Diana le respondió que era un ‘puto animal’’’, escribe Andersen en su libro. ‘’¡Nunca serás rey! Guillermo sucederá a tu madre. Me encargaré de ello’’.
Es por ello que los oficiales encargados de proteger a la familia real estaban gravemente preocupados de que, en el calor de la ira, cualquiera de estos pudiera cometer suicidio, homicidios o ambos.
Por otro lado, uno de los ayudantes de cámara, Ken Stronach, indicó que el entonces príncipe de Gales en medio de una discusión con su esposa, agarró un pesado botín de madera y se lo lanzó, fortuitamente sin llegar a golpearla en la cabeza.
Este matrimonio real finalizó en 1992 aunque la separación efectiva fue en 1996. La princesa de Gales falleció solo un año después, el 31 de agosto de 1997 en un fatal accidente automovilístico en París.
Oso de peluche a los 40 años
Otra característica del monarca que confiesa el biógrafo es que este mantuvo cerca a su oso de peluche de la infancia hasta la edad adulta. Andersen señala que el antiguo ayudante del rey, Michael Fawcett, era el único encargado de proteger al peluche cuando Carlos tenía más de 40 años.
De hecho, cada vez que el muñeco necesitaba ser arreglado, la antigua niñera del monarca, Mabel Anderson, salía de su retiro para reparar lo que fuese necesario. ‘’La niñera jubilada era el único ser humano al que se le permitía llevar aguja e hilo al oso de peluche del príncipe Carlos’’, escribió Andersen.
Fawcett también era la encargada de colocar la pasta de dientes en el cepillo del rey, de afeitarle la cara, de ayudarlo con sus pantalones y atarle sus zapatos. Además, le preparaba su pijama y tendía su cama cada mañana.
Un ‘bully’ escondido
Carlos III se paraba en su porche y si no estaba feliz con el trabajo realizado en su jardín, este les gritaba órdenes a sus empleados a través de un megáfono verde.
‘’Para alguien que dijo que supuestamente fue víctima del bullying de niño, el príncipe Carlos claramente disfrutaba intimidándonos”, reveló un empleado de Highgrove a Andersen. “Podía ser agradable y cortés, pero la mayor parte del tiempo era malhumorado y mezquino. No lo pensaba dos veces a la hora de gritarte si ponías un pie en falso’’.
En otra oportunidad, Stronach vivió una pesadilla con el monarca quien se encontraba visitando a uno de sus amigos en el sur de Francia cuando este perdió accidentalmente uno de sus gemelos en el lavamanos del baño.
‘’Enloquecido, arrancó el lavatorio de la pared y lo rompió en busca del gemelo. Al no poder encontrar la joya perdida, un príncipe de Gales con los ojos desorbitados se giró y agarró a su ayudante por el cuello. Stronach se soltó, salió corriendo por una puerta lateral y se metió en un armario de ropa blanca. Aterrorizado, se acurrucó allí durante treinta minutos antes de poder oír a Carlos salir del baño’’ escribe el biógrafo.
En la biografía, muchos de los entrevistados aseguraron que debían comprender al rey, ya que siempre estuvo acostumbrado a obtener lo que quisiera.