Tal vez como padres, decimos que no cederemos ante las tecnologías; sin embargo, muchas veces hemos debido romper nuestra promesa y dejamos que los más pequeños de casa se adentren en la era digital sin ningún tipo de control, no solo desde el punto de los horarios, incluso sin supervisión de contenidos.
Estas tendencias parecen haberse acentuado en la época de pandemia, cuando la tecnología pasó a ser el único espacio desde donde la humanidad pudo seguir sus rutinas de trabajo, estudio y principalmente de esparcimiento.
Por esa razón, La Mosca quiere poner el tema sobre la mesa y recordar algunas medidas mínimas para proteger la salud mental de los más pequeños de la familia, a través de prácticas sanas en el uso de la tecnología.
El portal especializado Healthy Children afirma que “el consumo mediático debe hacerse de acuerdo con los valores y el estilo de crianza de su familia. Cuando el consumo mediático se hace reflexivamente y de forma adecuada, puede mejorar la vida diaria. Pero, cuando se hace sin pensarlo mucho y de forma inadecuada, puede reemplazar actividades importantes, tales como la interacción o relaciones personales, el tiempo para la familia, el juego al aire libre, el ejercicio y el tiempo de inactividad para estar desconectado y para dormir”.
Pediatras y especialistas en el mundo entero, recomiendan a los padres o tutores establecer horarios, es decir, hacer un calendario de cuántas horas se le permitirá al niño mantener contacto con la tecnología, sea una PC, un teléfono celular, una Tablet o video juego.
Que la población infantil pase demasiado tiempo expuesta a este tio de dispositivos, favorece la aparición de estrés, adicción, sentimientos de frustración e incluso la abstracción progresiva del mundo real.
Además, es importante aplicar el control parental: elegir qué cosas verán los niños en sus dispositivos.
“Lidie con el mundo mediático como lo haría con cualquier otro entorno en la vida de su niño. Las mismas pautas de la crianza se aplican en ambos, el mundo real y el medio virtual. Fije límites; los niños los esperan y los necesitan. Conozca a los amigos de sus niños, tanto en línea como fuera de esta. Sepa qué plataformas, software y aplicaciones están utilizando sus niños, qué lugares visitan en la red y qué hacen sus niños cuando están en línea”, recomienda Healthy Children.
También es importante que usted, como padre o madre, esté cerca de los más chicos de casa cuando ellos mantengan contacto con la tecnología; esto permite crear espacios para compartir y así controlar qué hacen los pequeños.
Muchas veces, una red social amigable puede ser la ventana para que personas inescrupulosas entren en contacto con el menor y sean manipulados. Por eso es importante estar siempre cerca, no se puede caer en descuidos.
Por otra parte, el tema de los horarios no solamente tiene que ver con la disciplina y el cuidado de la salud mental. Se ha comprobado médicamente que los aparatos tecnológicos afectan la vista y hasta el sistema nervioso. “La visión de los niños se enfrenta hoy a situaciones que en otras generaciones no tuvieron que vivir. Y es que, desde la primera infancia, tienen acceso a dispositivos que les obligan a forzar la vista”, asegura Oftalvist.
Agrega este portal especializado: “Los niños pasan más tiempo, y cada vez desde edades más tempranas, frente al ordenador, jugando con el móvil o con las tablets. El esfuerzo realizado por los ojos de los niños puede provocar que aparezcan defectos refractivos en la infancia como la miopía infantil”.
Otros especialistas médicos sugieren a los padres ser un buen ejemplo. “Enseñe y sea un buen ejemplo de amabilidad y de buenos modales en línea. Y, debido a que los niños son grandes imitadores, limite su propio uso mediático. De hecho, usted estará más disponible y conectado con sus niños si está interactuando, abrazando y jugando con ellos en lugar de estar embelesados frente a la pantalla”, destaca Healthy Children.
Edades y horarios
Según el blog Educo.org, esto depende de la madurez física y emocional del niño. Sin embargo, recomiendan que antes de los 2 años, el contacto con este tipo de tecnologías sea cero.
A partir de los 3 años, pudiera comenzar el acercamiento a contenidos de calidad, orientados a complementar su proceso de aprendizaje y avanzar hacia acciones como tomar fotos, que puede resultar divertido para ellos.
Para los expertos citados en este portal web, “ los niños de cuatro y cinco años pueden pasar media hora con estos dispositivos, y una hora para los niños de seis y siete. Sugieren además que por cada 20 minutos que los niños pasan delante de un dispositivo móvil, tendrían que pasar 20 segundos mirando algo que esté a 6 metros de distancia”, con el propósito de evitar problemas de la vista.
Lo más importante en establecer estas rutinas, es ofrecer a nuestros niños alternativas para seguir aprendiendo o divirtiéndose, aparte de la tecnología: libros, cuentos, juegos de mesa, actividades en familia y juegos al aire libre.
La tecnología forma ya parte de la vida cotidiana del ser humano y es inevitable la interacción con ella, sin embargo, es fundamental enseñar a los niños que es solamente una parte y que existen otras formas de aprender, interactuar y sentirse bien.
