Guillermo Chin Canché, es ingeniero en mecatrónica y estudiante de maestría en Ciencias y Tecnologías del Espacio, y en marzo viajará a Estados Unidos para participar en el proyecto Dragonfly de la NASA.
Su tesis de maestría sobre un satélite llamado Encélado, y su interés por estudiar una de las ochenta lunas de Saturno, lo llevó al firmamento cuando el investigador Scot Rafkin lo invitó al proyecto de la NASA que estudia el satélite Titán.
Canché está orgulloso de sus raíces mayas y comparte su amor por la ciencia, que sus ancestros le heredaron. “Los mayas eran los mejores astrónomos que existían en el mundo antiguo” dice.
Es de destacar que, el ahora científico, proviene de una humilde familia oriunda de de Bethania, en Campeche, que se mantiene vendiendo pozoles.
Dragonfly –el proyecto en el que trabajará- es una misión de la NASA pensada para llegar a Titán y explorar el satélite de Saturno.
El objetivo es que lo haga a mediados de la próxima década, pero el equipo científico detrás del plan, ya está esbozando sus metas y objetivos científicos.
“Estudiar a Titán nos puede ayudar a responder una de las mayores preguntas de la Humanidad que es ¿Cómo surgió la vida en la Tierra?”, comentó.
¿Por qué Titán? Según los estudios preliminares, es un lugar sorprendentemente parecido a la Tierra. Tiene una atmósfera espesa y es el único otro territorio del Sistema Solar que se conoce que tenga lagos, océanos, lluvias y ríos.
Eso sí, con una diferencia muy importante: son lagos, océanos y ríos llenos de metano líquido y etano, no agua. Pero, quizás otros organismos con sistemas biológicos distintos a los humanos, se aprovechen de esto o lo hicieron en el pasado.