La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), en su reciente estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal, detectó lo que podría ser un giro espontáneo de 180° en un agujero negro a 236 millones de años luz de distancia de la Tierra.
Científicos de la Nasa creen que el campo magnético del cuerpo cósmico se invirtió, al detectar un “raro y enigmático estallido”.
Sibasish Laha, científico investigador de la Universidad de Maryland, declaró que “se han visto cambios rápidos en la luz visible y ultravioleta en unas pocas docenas de galaxias similares a esta”.
En este sentido, Laha resalta que este evento “marca la primera vez que vemos que los rayos X desaparecen por completo mientras que las otras longitudes de onda se iluminan”.
Fue en marzo de 2018, cuando los astrónomos observaron un cambio repentino en el brillo de una galaxia ubicada a 239 millones de años luz de distancia. Conocida como 1ES 1927+654, la galaxia se iluminó casi 100 veces más de lo normal.
Luego se reveló que la erupción comenzó mucho antes, a finales de 2017, según se desprende de un estudio realizado por el sistema de última alerta de impacto terrestre de asteroides de la Nasa.
Este estudio también confirma que en mayo de 2018 una emisión ultravioleta fue elevada hasta 12 veces, que con el pasar de las semanas, el nivel de brillo comenzó a disminuir de manera constante, ya para el mes de junio, la emisión de rayos X de mayor energía de la galaxia desapareció.
Científicos destacan que las grandes galaxias tienen un agujero negro supermasivo de miles de millones de veces la masa de Sol en su centro, cuando la materia cae, se aplana en un disco de acreción.
En este punto, los especialistas pueden detectar cuando el material se calienta y emite luz ultravioleta visible y rayos X.
Cerca de un agujero negro, se produce una nube de partículas extremadamente calientes, llamada corona. Estas producen rayos X de mayor energía, por lo que el brillo de estas emisiones depende en gran medida, del material que fluye hacia ella.
Astrónomos y científicos debaten la idea que el campo magnético del agujero negro crea y sostiene la corona, por lo que cualquier cambio en el mismo, podría afectar las propiedades de rayos X.