El presidente de Chile, Gabriel Boric, presentó un proyecto de ley que elimina las administradoras privadas de fondos, creadas en la dictadura de Pinochet, y las reemplaza por un nuevo sistema mixto que aumenta el monto de las pensiones, con aportes del 6% del empleador.
"Los afiliados serán los dueños de sus ahorros y podrán decidir libremente entre los gestores de inversores privados o el inversor público", explicó el mandatario.
Con la reforma propuesta las mejoras alcanzan hasta 46% más para los hombres, y 52% más para las mujeres. Además, reconoce las labores domésticas como un trabajo que debe ser incluido en las pensiones.
De esta forma, concretó una de sus mayores promesas de campaña, y una demanda clave de las protestas de 2019 que sacudieron al país durante meses.
Recordó durante su explicación que hay actualmente 2 millones de pensionados y 72% de sus pagos son inferiores al salario mínimo (400 dólares).
Además dijo que uno de cada cuatro jubilados recibe una pensión que está por debajo de la línea de la pobreza.
"Queremos dejar atrás, de esta manera, un sistema extremo, que no ha sido capaz de cumplir con las expectativas que se pusieron en él, y que tiene reconocidas deficiencias", añadió.
Su propuesta al Congreso -donde no tiene mayoría- está compuesto por tres pilares: la capitalización individual vigente, que mantendrá los aportes obligatorios que pertenecen a cada trabajador; el aporte proveniente del Seguro Social del 6% a cargo de los empleadores, y el aporte que hace el Estado mediante la Pensión Garantizada Universal (PGU).
Destacó dos elementos positivos de reformas anteriores, como el Pilar Solidario de la Presidenta Bachelet o la PGU del Presidente Piñera.