El lunes 12 de diciembre, empleados de Twitter filtraron una serie de documentos llamados los “Twitter Files”, en los que mostraban cómo los empleados de la plataforma debatieron acerca de si los tweets del ex presidente Donald Trump violaban las normas o no, algo que su dueño Elon Musk determinó como “no viola las normas”.
Estos documentos, fueron compartidos por Bari Weiss, y Musk promovió la publicación de los documentos y confirmó desde su posición de líder que Donald Trump no quebró ninguna regla.
Por esto, el presidente de Twitter le devolvió su cuenta en la plataforma a Trump luego de hacer una pequeña encuesta con todos sus seguidores. Luego de la consulta, dijo que realizaría una investigación más a fondo con su grupo de expertos pero la sorpresa que luego de la toma de decisión, Musk disolvió su consejo de Confianza y Seguridad, es decir al grupo de expertos consultados sobre los temas más delicados.
A Trump le suspendieron la cuenta a dos días del ataque al Capitolio que cometieron sus seguidores alegando que "las elecciones del 2020 habían sido fraudulentas". Una Frase que ya era común en el vocabulario del ex presidente por esos días, por lo que las autoridades de la plataforma decidieron bloquear la cuenta por ser “un riesgo mayor de mayor incitación a la violencia”.
Entre los documentos aportados por Weiss, filtraron una serie de fotos en las que aparecen fragmentos de conversaciones de los empleados de Twitter en las que muestran preocupación por el uso de la “censura” dentro de la aplicación mientras que otros aseguran que las reglas sólo son impuestas a otras personas “menos importantes”.
Weiss no quiso dar a conocer los nombres de los empleados detrás de las conversaciones.
