Desde el anuncio de que el nuevo Superman era bisexual en su nueva serie de comics llamada Superman: Son of Kal-El, hay opiniones divididas sobre el tema.
Si bien algunos fans aseguraban que el cambio en la sexualidad de Jon Kent, hijo de Clark Kent y Lois Lane, haría que la serie de comics fracasara en ventas, la realidad es que ha sucedido todo lo contrario.
Aunque es importante destacar que este tipo de cambios no son nuevos en el hombre de acero. Desde sus inicios, Superman, el símbolo de la justicia por excelencia en DC Comics, ha cambiado mucho a lo largo de los años, para representar las mayores virtudes de cada época. Primero fue un héroe del pueblo, en uno de sus primeros números podemos ver a Superman defender a una mujer que sufría maltrato por parte de su esposo así como llevar en la cárcel a políticos corruptos o salvar inocentes del peligro.
Después, pasó a ser un símbolo del poder estadounidense, en tiempos de la segunda guerra mundial y podíamos ver al héroe en una faceta patriótica.
Luego se convirtió en un ícono de las luchas justas sin fronteras y ahora a través de su hijo, representa la tolerancia y el respeto hacia un mundo que cada vez es más abiertamente diverso.
Dejando en claro que la preferencia sexual de una persona no es algo moral o inmoral, que el respeto hacia la diversidad es una virtud y por lo tanto, las historias de Superman ahora las representan.
Y lejos de ser una “inclusión forzada” va de acuerdo con el personaje ya que Superman tiene múltiples interpretaciones: podemos verlo como una analogía de los inmigrantes, por su origen extraterrestre o como una figura divina como lo hizo el director Zack Snyder en sus películas.
De igual manera, puede aparecer como un personaje que creció aislado de sus compañeros porque tenía que esconder su verdadero ser, alguien que aprende que solamente siendo uno mismo se puede llegar a la autorrealización y por eso combate al crimen usando colores tan vistosos para demostrar que está orgulloso de ser quien es.