El presidente de China, Xi Jinping, aseveró que su nación se reserva la opción de “tomar todas las medidas necesarias” contra la “interferencia de fuerzas externas” en el tema de Taiwán.
Durante su discurso inaugural del XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), este domingo, el mandatario resaltó la determinación de China de reunificarse con la isla autónoma, que Beijing considera parte de su territorio.
“Intentaremos buscar la perspectiva de una reunificación pacífica con la mayor sinceridad y los mayores esfuerzos, pero no nos comprometeremos jamás a abandonar el recurso de la fuerza”, instó el presidente del gigante asiático.
El mandatario que busca en este congreso un tercer mandato -que no se veía desde la muerte de Mao Zedong en 1976 – fue enfático al señalar que este mensaje va dirigido únicamente “a la interferencia de fuerzas externas y algunos separatistas que buscan la independencia de Taiwán”.
A su juicio, el tema de la isla es un asunto que deben resolver los chinos.
Las tensiones en torno a Taiwán se intensificaron hace unos meses tras la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, como parte de su gira por Asia.
Esa fue la primera vez en 25 años que un presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos visita la isla, y se concretó a pesar de las advertencias de Pekín sobre el inminente deterioro de las relaciones diplomáticas y comerciales con la administración de Joe Biden, que mantiene relaciones no oficiales con autoridades de la isla.
China sostiene que esta pequeña nación insular no debe tener derecho a entablar relaciones con otros gobiernos ya que tiene como gobierno legítimo el de Pekín.
Durante su discurso en el PCCh, Xi Jinping también se comprometió a fortalecer las fuerzas armadas, mejorar su equipamiento, tecnología y capacidad estratégica, además de incrementar el control del partido sobre el ejército para asegurarse de que siempre "esté alineado con el partido".
El jefe de Estado destacó en su intervención el término de "democracia de proceso completo", que se prevé como la única vía para "ejercer un control firme sobre la ideología, asegurándose de que los medios exponen los valores correctos y fomenten una generación de jóvenes influenciados por la cultura tradicional, el patriotismo y el socialismo" de ese país.
Una de las metas a mediano y largo plazo es que esta cultura socialista incluya en los jóvenes chinos y se pueda promover en el mundo.