La página web del Tribunal superior de Brasil anunció el triunfo del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva con 50,83% de los votos, frente a 49,17%, de su contrincante Jair Bolsonaro. La diferencia fue de casi dos millones de votos, con más del 98% de votos computados.
El candidato laborista regresa como mandatario, luego de gobernar en dos períodos consecutivos del año 2003 al 2010 y con él, América Latina gira más a la izquierda, con la mayoría de mandatarios dentro ese espectro político.
De esta forma, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) vuelve a imponerse -esta vez con un margen más estrecho-, tras haberlo hecho en la primera vuelta, con 48,4% de los votos, frente al 43,2% que obtuvo su contrincante.
Cabe destacar que Lula sacó más de dos millones y medio de votos más que en su primera vuelta y Jair Bolsonaro también aumentó en más de seis millones y medio su votación anterior.
Los votos nulos fueron cerca de 3 millones 900 (3,16%) y en blanco algo más de un millón 740 mil (1,43%).
Analistas consideran que la campaña de Lula supo identificar el potencial de todos los traspiés de Bolsonaro, y además aprovechó un espacio dominado tradicionalmente por la ultraderecha, para sacar rédito electoral: las redes sociales.
Según los primeros análisis en la prensa local, una vez más los brasileños de renta más bajas, la población negra, los jóvenes, los de mediana edad, y las mujeres, apoyaron a Lula.
Tal y como estaba previsto, las mesas abrieron a las 8 am y cerraron a las 5 pm (hora local) o hasta que hubiese votantes en fila. En ese instante, comenzó la divulgación en tiempo real de los resultados gracias al sistema de urnas electrónicas.
Cabe destacar que más de 156,4 millones de brasileños estaban inscritos para participar de los comicios –el voto es obligatorio- desarrollados en 5.570 ciudades del país, y en 181 localidades del extranjero. Votaron más de 123 millones de personas.
Durante la jornada se denunció en redes sociales a la Policía Vial Federal por obstaculizar el transporte público en particular en el nordeste, afectando a quienes votan en mayoría a Lula en una de sus regiones más fuertes. No es un dato menor que ayer, el jefe de la policía, Silvinei Vasques, posteó su apoyo a Bolsonaro.
Violencia
Los brasileños miraban con recelo la campaña electoral: tres de cada cuatro votantes (67,5%) temía sufrir agresiones por motivos políticos, según una encuesta de la firma Datafolha.
De hecho, tres seguidores de Lula fueron asesinados, en momentos distintos, por motivos políticos. Y solo ayer, a pocas horas de la votación, la diputada Carla Zambelli –del partido de Bolsonaro- persiguió a punta de pistola por las calles de São Paulo a un periodista negro, Luan Araújo, tras una discusión por los resultados electorales.
Polarización
Analistas consideraron que esta elección era la más importante tras el fin de la dictadura militar en 1985, y con los candidatos más antagónicos de la historia: Lula, izquierdista al viejo estilo y representante del laborismo, tuvo su base de apoyo entre obreros, pobres e intelectuales.
Bolsonaro, es un derechista de la nueva escuela neoliberal de Trump. Fue apoyado los por sectores de clase media y pudientes, el pentecostalismo, las grandes empresas, la agroindustria y los militares de las Fuerzas Armadas y las policías.
Lo que viene
El nuevo mandato presidencial por cuatro años -a partir del 1 de enero de 2023- estará signado por una gran oposición ya que el país, tal y como se vio durante la campaña, está dividido en dos grandes toletes. Será una tarea épica lograr el reencuentro y la unión en pro de un objetivo común.
No es un dato menor que Brasil es hoy día el octavo país más desigual del mundo y el 84º en el Índice de Desarrollo Humano.
Brasil sella giro latinoamericano a la izquierda
La victoria de Lula sella el giro izquierdista que emprendió hace años la región, con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder en México en 2018. Luego, Alberto Fernández en Argentina (2019), Luis Arce en Bolivia (2020), Xiomara Castro en Honduras (2021), Pedro Castillo en Perú (2021) y, en este 2022, de Gabriel Boric y Gustavo Petro en Chile y Colombia.
