Esta semana, nueve empleados de la compañía espacial de Elon Musk, Space X, fueron despedidos por firmar una carta en la que criticaron su ‘’comportamiento dañino en Twitter’’ tras la polémica compra de la compañía por parte del magnate.
Bajo el anonimato -y otros con nombre y apellido-, los firmantes fueron reprochados de forma pública en la empresa debido a que el vicepresidente de la compañía, John Edwards, consideró la carta como un acto extremista y les recordó que Musk podía hacer lo que mejor le pareciese al ser el dueño. ‘’SpaceX es Elon y Elon es SpaceX’’, afirmó. Días después, fueron despedidos.
No es la primera vez que un grupo de trabajadores es despedido por mostrarse críticos con Musk. El pasado martes, más de 20 personas quedaron fuera de la empresa por la misma razón mientras que el miércoles, el magnate dio un ultimátum a los trabajadores que permanecen en sus puestos que debían manifestar un ‘’desempeño excepcional, trabajando muchas horas a alta intensidad’’, de lo contrario, serían despedidos.
Este contratiempo reveló otro problema en el sistema operativo de las empresas de Musk, tal como es la confusión entre unas y otras, lo cual se ha manifestado en repetidas ocasiones: el magnate no solo ha vendido acciones de Tesla por 4.000 millones de dólares para financiar su compra de Twitter, sino que ha arrastrado con él a expertos de sus otras empresas para diseñar las nuevas funcionalidades de la red social.
