Lujos, dinero, restaurantes y exclusividad es lo que refleja la Perla, una excéntrica isla artificial que Qatar construyó para sus expatriados y que está repleta de calles que recuerdan más a la Europa mediterránea que al Golfo arábico.
Sus residentes viven en casas lujosas y amplios edificios de más de 20 pisos con piscina, gimnasio y hasta playas privadas, siendo este espacio la contraparte de otros barrios de Doha.
Un lugar en el que algunas mujeres sauditas entran cubiertas a un restaurante libanés y que a los minutos se descubren el cabello en su totalidad, otras pasean por la marina con escotes, hombros descubiertos y faldas cortas. Además, abundan los hoteles y bares en los que tienen permiso de vender alcohol.
Esta Perla es el proyecto principal de la United Development Company, la constructora pública qatarí. La isla está hecha artificialmente y para su construcción se ganaron al mar alrededor de 4 millones de metros cuadrados..
Hasta ahora, La Perla cuenta con 25.000 unidades residenciales y 33.000 habitantes. Un estudio puede rondar los 300 millones de dólares y una casa de cinco habitaciones con vista al mar supera los 12 millones de dólares.
Esta isla llena de restaurantes, hoteles de lujo, centros comerciales, bares y cines, cuenta con quince millones de turistas al año, que quedan sorprendidos por la exclusividad en cada rincón.
‘’Íbamos a estar tres años aquí, pero ya llevamos siete. Estamos muy felices y me siento muy segura’’, dijo Siobhan, una doctora inglesa que vive en Viva Bahriya, un conjunto de 30 torres altas ubicadas en semicírculo alrededor de la playa.
Además, reconoció que, en esta isla, los comportamientos occidentales, como la forma de vestir, han causado algunos problemas con los qataríes conservadores, algo que es casi imposible que suceda en la Perla.
Calles venecianas
“Esto es como Venecia sin góndolas”, describe el venezolano Gustavo Jaramillo en el Qanat Quartier, un barrio que simula la célebre ciudad italiana. Este ingeniero vive en la Perla junto a su pareja venezolana, Sabrina Masciovecchio, en una torre alta con piscina y acceso directo a la playa.
‘’Con lo difícil que está Venezuela, casi cualquier lugar es mejor, pero vivir en Doha y en la Perla es otro nivel’’, comentó Masciovecchio. Inclusive, hay compradores que pueden adquirir islotes totalmente privados y diseñar sobre ellos su propia mansión.
La vida en la Perla es muy diferente a la de Qatar, es por eso que Siobhan asegura que: ‘’si Qatar es una burbuja, la Perla es una burbuja dentro de Qatar’’, ya que mucho de los problemas que arremeten contra el mundo no involucran a la isla.
Es un lugar moderno que no para de evolucionar y diariamente se perciben nuevas construcciones, una más lujosa que la anterior. Sin embargo, esta isla cuenta con pocas instituciones hospitalarias y educacionales.
