Los orgasmos femeninos salieron del ámbito privado para mostrarnos que hasta en lo más íntimo persisten las brechas de género y que no están repartidos de manera equitativa entre los seres humanos.
De acuerdo con un estudio de la American Association of University Women -hecho con 800 estudiantes universitarias en Estados Unidos- solo 3% de las mujeres heterosexuales tienen orgasmos frecuentemente en sus relaciones, comparado con 91% reportado por hombres.
El placer, el deseo y el disfrute han sido negados por siglos a las mujeres, dice Laura Vásquez Roa en un extenso artículo titulado El Placer Sexual femenino, publicado recientemente en la prestigiosa revista Rolling Stone.
“Aunque exista un órgano exclusivamente diseñado para el placer y lo tengan los cuerpos biológicamente feminizados (a.k.a. el clítoris), son las mujeres heterosexuales las más perjudicadas por esta injusta brecha”, escribe.
La feminista argentina Luciana Peker es autora del libro Putita golosa. Por un feminismo del goce.
Allí explica que la brecha orgásmica no es que los hombres sepan disfrutar más del sexo, sino que en las relaciones heterosexuales saben muy poco de hacer disfrutar a las mujeres.
“Las mujeres tienen menos permitido el goce y por lo tanto también pedir lo que les gusta, tener experiencias placenteras o buscarlas. Creo que eso está muy condicionado por la violencia que sufren las mujeres, pues genera inhibiciones y pudores”.
Por más esfuerzos modernizadores para repensar la sexualidad de forma más compleja, la verdad es que la penetración sigue teniendo un papel demasiado central en nuestras mentes y en nuestras prácticas.
Elisabeth Lloyd, investigadora y autora del libro The Case of the Female Orgasm, revisó 33 estudios de las últimas ocho décadas y encontró que solo 25% de las mujeres obtienen orgasmos a través de la penetración.
En cambio, un estudio publicado en 2006 en el Journal of Sex Research, encontró que 90% de quienes recibieron sexo oral o masturbación por parte de su pareja -en su última relación sexual- tuvieron un orgasmo.
Muchas, además, apuran el orgasmo de su compañero para que termine rápido.
Poner el foco en la duración y la penetración como garantía para el buen sexo no solo afecta a las mujeres, sino que pone una presión innecesaria entre los hombres, concuerdan las expertas.
Además, afirman que la ansiedad por el rendimiento en la cama en esos términos es lo opuesto al disfrute y un encuentro sexual va mucho más allá de la penetración, y no tiene que durar toda la noche.
Más que duración, necesitamos calidad y apertura para explorar otras formas de dar placer.
Pero en el sexo, no hay fórmulas, la experiencia de cada quien depende de sus creencias e incluso, de la forma en que se permite sentir y disfrutar del placer. No pretendemos darte una fórmula para conseguirlo, es una búsqueda personalísima. Sin embargo, dejar estas ideas sobre la mesa, puede ser la puerta a grandes descubrimientos.
