El Banco Central Europeo decidió subir sus tipos de interés en tres cuartos de punto porcentual, hasta el 1,25%, un alza histórica, para frenar la inflación de la zona del euro, que se disparó en agosto hasta el 9,1 por ciento.
El Banco Central Europeo aceleró el endurecimiento de su política monetaria, con un alza de sus tasas de una amplitud inédita. Este fuerte incremento no tiene precedentes en las dos décadas de existencia del BCE.
Tras la reunión del Consejo de Gobierno, el BCE informó de que también incrementa en 75 puntos básicos la facilidad de crédito, a la que presta a los bancos a un día, hasta el 1,505 y la facilidad de depósito, a la que remunera el exceso de reservas a un día, hasta el 0,75%.
"Este importante paso anticipa la transición desde el nivel muy acomodaticio de los tipos de interés oficiales vigentes, hacia niveles que asegurarán el retorno oportuno de la inflación al objetivo del 2 por ciento a medio plazo del BCE", se lee en un comunicado de la institución.
El BCE tomará nuevas decisiones en cada reunión y deja claro en el documento que "espera volver a subir los tipos de interés, porque la inflación sigue siendo excesivamente elevada y es probable que se mantenga por encima del objetivo durante un período prolongado".
Cabe destacar que la entidad reconoce "una desaceleración sustancial del crecimiento de la zona del euro y espera un estancamiento de la economía durante los últimos meses del año y en el primer trimestre de 2023".
Así, el precio del dinero se ha situado en su nivel más elevado desde 2011, cuando el BCE inició una senda de estímulos a nivel monetario que ha durado más de una década y llevó a situar los tipos de interés en terreno negativo.