La app Tattoox ofrece la posibilidad de encontrar directamente estudios y artistas o llenar un formulario con tu perfil y contar lo que buscas y el algoritmo elige a los dos tatuadores profesionales que mejor encajen con la solicitud y envía los datos de contacto.
“Hacemos el matching ideal entre los mejores tatuadores y lo que cada cliente quiere”, explicaron Joel Orteu y Jordi Tena, creadores del proyecto.
En la plataforma –que es gratis- hay alrededor de 2.000 profesionales con certificados higiénico-sanitario y estudio legal.
“El tatuador nos paga a nosotros por cada cliente potencial que le enviamos” aunque cada uno de ellos maneja su tarifa, dijeron.
La compañía —con un equipo de unas 25 personas, entre fundadores, trabajadores y becarios, y que aspira a ser rentable en 2024— prevé aterrizar en Medellín, Lima y Ciudad de México y crear una gran comunidad hispanohablante del tatuaje.
La idea inicial de esta empresa sucedió en el año 2020, en Madrid, durante el confinamiento. Actualmente facturan unos 165.000 euros y reciben más de 4.000 solicitudes al mes. Debido a su crecimiento, han solicitado dos rondas de financiación para crecer en su modelo de negocio.
No es un dato menor que los tatuajes han acompañado a la humanidad desde épocas inmemoriales.
La primera referencia que se conoce fue en los Alpes Suizos, donde un cuerpo momificado con una edad aproximada de 5.300 años , le llamaron Ötzi, estaba decorado con 61 tatuajes.
Durante un tiempo, los tatuajes fueron mal vistos o referían a personajes como ex-carcelarios y eran una prohibición para distintas actividades incluyendo unirse a las fuerzas armadas o donar sangre.