Las predicciones sobre el clima para este fin de semana en la duodécima prueba del Mundial de Fórmula 1, en el Circuito de Paul Ricard, Francia, aseguran que el calor convertirá la pista en un verdadero infierno.
De hecho, algunos analistas pronostican una de las carreras más difíciles en la historia de la F1, no solo porque el trazado de Francia es uno de los más exigentes del campeonato sino por las condiciones climáticas tan adversas.
El desafío no será solo la conducción sino también la preparación física de los pilotos.
Recordemos que en el GP de Miami, Max Verstappen finalizó completamente exhausto el domingo y preocupó a todos en el Gran Circo.
Además del tema referente a los pilotos, también hay otras variables a considerar producto de las altas temperaturas.
El calor abrasivo de la pista en la ciudad gala de Le Castellet asegura un buen agarre para los neumáticos pero también los desgastan mucho más rápido.
Así que la estrategia de los equipos será clave para su desempeño.
No es un dato menor que la pista tiene 5,842 kilómetros de longitud –y 12 metros de ancho- repartidos en 15 curvas (nueve a derecha y seis a izquierda).
También los sistemas de frenado son un punto clave (dado que la refrigeración con el aire forzado a veces no es suficiente en estos casos).
Finalmente, los motores sufren serios problemas para refrigerarse bajo estas condiciones.
En esta oportunidad los ingenieros de pista tendrán que sobredimensionar las tomas de aire y refrigeraciones de los monoplazas (asumiendo los coletazos del aumento de peso y el perjuicio aerodinámico).
El circuito Paul Ricard se sitúa en la población de Le Castellet, región de Provenza-Alpes-Costa Azul, en Francia.