La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) actualizó este miércoles sus pronósticos de demanda global de crudo, en los cuales se prevé una disminución para este año y para el 2023. Esto debido a la recesión económica mundial, sobre todo en China, Europa y Estados Unidos.
A través de un comunicado, la OPEP reconoció que en el cuarto trimestre de 2022, la economía mundial ha entrado en un período de gran incertidumbre y crecientes desafíos, ya que la producción media de este año es de 99,57 millones de barriles diarios (MBD), 2,43% más que el año pasado, pero 100 mil barriles diarios menos que los calculados hace un mes.
El informe destaca que se prevé un recorte de 100 mil barriles diarios para el 2023 y lo estima en 2,24 MBD, un 2,25% menos de los previsto en octubre que estiman en 2,34 MBD.
Estos nuevos pronósticos sitúan en la producción petrolera en 101.82 MBD, 200 mil bd menos de lo que se esperaba ante "los riesgos a la baja incluyen alta inflación, ajuste monetario por parte de los principales bancos centrales, altos niveles de deuda soberana en muchas regiones, ajuste de los mercados laborales y restricciones persistentes en la cadena de suministro", indicó el organismo.
El documento se publica semanas antes de la reunión de la OPEP y sus aliados, conocidos como OPEP+, en la que establecerán nuevas políticas de producción y otros puntos en conjunto.
En este sentido, el ministro de Energía de Arabia Saudita, Salmán bin Abdelaziz, afirmó la semana pasada que a pesar que se realizó un recorte de 100.000 barriles por día en octubre propuesto por la OPEP, se mantienen cautelosos con la decisión de recortar más la producción para este mes.
Solo en octubre la producción cayó en 210.000 barriles quedando en 29,49 millones de barriles, pasando un amplio margen lo acordado en su momento por la OPEP+.
En este punto, a los funcionarios estadounidenses les preocupa que la organización petrolera pueda reducir aún más la producción ya que esto podría causar un efecto negativo en la economía norteamericana.
En un movimiento diplomático, la administración de Joe Biden reunió a los representantes de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait para votar en contra de la disminución de la producción de petróleo.
Ante este lobby norteamericano, el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Faisal bin Farhan, destacó que esta decisión de la OPEP+ era únicamente económica y no tenía implicaciones políticas.