El presidente Joe Biden aseguró que Estados Unidos “debería sentir culpabilidad social”, por la lentitud de las medidas para restringir el acceso a las armas de fuego, a propósito del décimo aniversario de la matanza en la Escuela Primaria Sandy Hook
En un comunicado, el mandatario subrayó la obligación moral de aprobar y aplicar leyes que impidan que vuelvan a suceder. “Debemos a los valientes jóvenes sobrevivientes y a las familias que perdieron parte de su alma hace diez años, trasformar su dolor en acción”, dijo.
Biden, que era vicepresidente en la época de la matanza, recibió la orden del entonces presidente Barack Obama de encabezar las gestiones para ajustar las leyes sobre armamentos, pero fracasó.
Las exhortaciones actuales del mandatario para tomar medidas más agresivas, como la prohibición de las armas de asalto, se han encontrado con una fuerte oposición en el Congreso.
“Nuestra obligación es clara. Debemos eliminar estas armas que no tienen otro propósito que el de matar gente en grandes números. Podemos hacerlo, por el bien no solo de las vidas inocentes perdidas, sino también de los sobrevivientes que aún tienen esperanzas”, reflexionó en una de sus últimas alocuciones sobre el tema.
Cabe destacar que fue apenas a mediados de este año -tras la matanza en mayo en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas- que el Congreso aprobó las primeras reformas en varias décadas para prohibir las llamadas “armas fantasmas”, que no tienen número de serie.
Hoy 14 de diciembre se cumple una década del aniversario de la matanza en Newtown, Connecticut, la más grave en la historia del país hasta la fecha. Armado con un fusil de asalto semiautomático, Adam Lanza, de 20 años, mató a 26 personas (20 de ellos niños).