Un llamado a unir a los territorios que una vez fueron parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la posibilidad de dialogar, pero sin discutir las anexiones de tierra ucraniana al país, y una enfática crítica a occidente, fueron algunas de las claves del discurso del presidente ruso, Vladimir Putin, durante la ceremonia de anexión al país, de las repúblicas de Donetsk y Lugansk y las provincias de Jersón y Zaporozhie.
La “Gran Rusia”
“De la noche a la mañana, la gente se encontró desconectada de su tierra natal. Esto desgarró nuestra unidad nacional y se convirtió en una catástrofe nacional” dijo el presidente ruso, refiriéndose a lo que considera la desacertada decisión de disolver la URSS en 1991, acción que dijo impulsaron las “élites” sin tomar en cuenta al pueblo.
“La decisión de millones de habitantes de la República Popular de Donetsk, la República Popular de Lugansk, las provincias de Zaporiyia y Jersón, surge de nuestro destino común y la historia de miles de años (…) A pesar de todos los desafíos, ellos han preservado en sí mismos el amor a Rusia. Y nadie podrá destruir este sentido en nosotros. Por ese motivo, tanto las generaciones mayores, como los jóvenes, que nacieron tras la tragedia de la desintegración de la Unión Soviética, votaron en favor de nuestra unidad, nuestro futuro común”, insistió el mandatario, en una presentación en la que se paseó por varios puntos, pero insistentemente volvió a poner los reflectores sobre lo que considera la injusticia que se cometió con la separación.
Aunque resaltó que no aspiran volver atrás, consideró que los pueblos tomaron la decisión de unirse a Rusia en referendos (no reconocidos por la llamada comunidad internacional y por Ucrania), para reforzar su propia identidad: “No hay cosas más fuertes que la determinación de estas personas de regresar a su patria genuina, histórica”, expresó el mandatario.
Cese al fuego vs no negociable
Durante la ceremonia de anexión, Vladimir Putin sorprendió con un llamado a Ucrania para que cese el fuego, y aseguró que estaba dispuesto a sentarse a dialogar con el país vecino para llegar a un acuerdo.
Sin embargo este llamado a la conciliación, estuvo condicionado por la imposibilidad de discutir la anexión de los territorios ucraneanos a Rusia, cuya anulación es igualmente la única condición que ha puesto Volodímir Zelenski, para sentarse a negociar.
Putin insistió en que las consultas populares son "un derecho inalienable que está consagrado en el artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas, que se refiere explícitamente a la igualdad de derechos y a la autodeterminación de los pueblos".
“Exhortamos a que el régimen kievita cese el fuego inmediatamente, así como todas las hostilidades, la guerra que desató en 2014, y que regrese a la mesa de negociaciones. Estamos listos para eso, lo hemos mencionado muchas veces. Pero no vamos a discutir la decisión del pueblo de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, ya lo han tomado, Rusia no va a traicionarla”, sentenció.
El mandatario evidenció que estas zonas “liberadas” serán la bandera de su nueva estrategia, y advirtió que no permitirá que nada perturbe la paz en los territorios.
“Vamos a defender nuestra tierra con todas las fuerzas y recursos que tenemos, y vamos a hacer todo para garantizar la vida segura de nuestra gente. En esto consiste la gran misión de liberación de nuestro pueblo”, subrayó.
El enemigo: occidente
“Nuestros compatriotas, nuestros hermanos y hermanas en Ucrania – una parte propia de nuestro pueblo único – han visto con sus propios ojos lo que están preparando para toda la humanidad las élites dirigentes de tal llamado Occidente. Aquí, en esencia, simplemente se quitaron sus máscaras, mostrando su verdadera naturaleza”, dijo Putin, en uno de los momentos más enfáticos de su discurso.
El mandatario insistió en que son los aliados los que pretenden establecer el orden mundial, a costa de condenar a Rusia “a la pobreza y la muerte”.
“Simplemente, le molesta que exista en el mundo un país tan grande y enorme, con su territorio, riquezas naturales, recursos, y el pueblo que no sabe y nunca va a vivir siguiendo instrucciones de otros”, dijo.
“Occidente no escatima medios para preservar el sistema neocolonial que le permite parasitar, y, de hecho, robar al mundo mediante el poder del dólar y el dictado tecnológico, cobrar un verdadero tributo a la humanidad, extraer la principal fuente de riqueza no ganada, la renta hegemónica. La preservación de esta renta es el motivo clave, genuino y codicioso”, expresó.
Acusación de sabotaje
El presidente ruso aprovechó la oportunidad para reiterar las acusaciones de sabotaje en el caso del gasoducto Nord Stream, que presentó inexplicables fugas en su trayecto por el mar Báltico.
"A los anglosajones ya no les basta con sanciones, pasaron a los sabotajes (…) Es evidente para todos quién se beneficia de esto, el que saca provecho es el que lo hizo",l concluyó.
Los referendos de adhesión a Rusia, han sido duramente criticados por organizaciones internacionales y gobiernos de varios países en América y Europa: Incluso la OTAN los calificó como “una escalada de guerra”, mientras que Ucrania aseguró que castigaría a todos los colaboradores.
